La Voz de Galicia

Pablo Nieto, garra boirense camino a las Baleares

Barbanza

Christopher RODRÍGUEZ Ribeira / la voz Jugador de voleibol
Nieto deja atrás más de una década en A Cachada para mudarse a Son Moix, su nuevo feudo.

El líbero ha firmado con el Palma tras toda una vida defendiendo los colores del Boiro Voleibol

05 Aug 2024. Actualizado a las 21:18 h.

Por las venas de Pablo Nieto (Boiro, 2000) corre sangre azul. No pertenece a la monarquía, pero sus genes y su piel llevan grabados a fuego la casaca y el escudo del Boiro Voleibol. Desde sus primeros remates cuando todavía lucía una simpática melena rubia hasta su madurez como deportista, Nieto solo ha tenido un club en sus pensamientos. Sin embargo, como en toda buena historia de amor, en algún momento sus caminos tenían que separarse. Una llamada de la máxima categoría del voleibol nacional desembocó en la despedida. Su nueva casa serán las islas Baleares. Su oficio, defender al Vóley Palma. Su pasión, que no caiga el esférico. En eso no cambiará.

«Tengo muchas ganas de que empiece la temporada. Para mí fue no fue difícil tomar la decisión porque después de hablar con Chicho —Adrián Alves, técnico del Rotogal— me quedó claro que siempre tendré las puertas abiertas», indica Nieto, que para la entidad boirense supone uno de los mayores bastiones de su cantera.

Pasó por todas las categorías inferiores de la entidad y llamó la atención más allá de las fronteras gallegas después de demostrar su buen hacer en campeonatos de España. Le tocó hacer las maletas en el 2016 después de recibir el requerimiento de la selección española juvenil. La concentración del equipo nacional se encuentra de forma permanente en Palencia. Allí mejoró su voleibol ejerciendo como líbero y siguió vinculado al Boiro, disputando las fases finales de la temporada con sus categorías inferiores.

«Cuando empecé a jugar lo hice con ilusión y siempre quise mejorar. Al final ves que tu nivel sube y también a los demás equipos. Pensé que no estaba tan lejos, que podía llegar. Creí que podía valer para esto y decidí darle con todo. Estoy contento con lo que he conseguido».

Receso en el deporte

Nieto ascendió rápidamente y se consolidó en el primer equipo del Rotogal. Consiguió hacerse hueco hasta convertirse en un habitual en el septeto titular. En el 2020 logró ascender a la máxima categoría después de liderar la Superliga 2 con puño de hierro hasta el parón por el covid.

Con el club de su vida saboreó la élite, pero llegada la tercera temporada decidió poner el deporte en pausa. Dedicó más tiempo a los suyos y compaginó con más comodidad sus trabajos en los andamios de la construcción y en la barra del ocio nocturno: «Necesitaba darle aire a mi cabeza y un descanso personal. Mi mente al principio me decía que no quería volver, aunque en fondo sabía que acabaría haciéndolo. Me vino muy bien parar porque la temporada pasada jugué como nunca».

El nivel que el mismo considera que exhibió también llamó la atención de un Vóley Palma necesitado de talento tras descender sobre la pista y haberse ganado la permanencia con la compra de una plaza en Superliga. Pablo, conocido como Air Nieto en el mundo del voleibol, tendrá labores a ras de suelo en las Baleares. Será el líbero que aporte la templanza y la seguridad que necesita un bloque que busca afianzarse en la categoría: «Es una posición que me encanta. Defender es mi pasión. No tengo miedo. El líbero es el que tiene que meter más intensidad en el campo y el que lo ve todo».

El boirense destaca sus capacidades para hacer grupo en cualquier vestuario. Lo confirman sus compañeros a lo largo de los últimos años, que ahora lo verán partir para vivir una experiencia única que no quiso dejar pasar. Dicen también de él que la garra es una de sus principales características. En Son Moix ya aguardan para verlo en acción y comprobarlo de primera mano. Mientras, él hace una clara declaración de intenciones: «Tengo muchas ganas de ir al pabellón, de matarme por el equipo allí».

Dorsal mítico

La historia de Pablo Nieto en el Boiro Voleibol no se entendería sin su mítico dorsal 5. Desde infantiles al primer equipo el número le acompañó en sus numerosas victorias con la zamarra boirense. Pese a su amplia trayectoria en el club, pocas camisetas conserva por su gusto por regalárselas a sus familiares y amigos más cercanos.


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