La Voz de Galicia

Jesús Lijó, el electricista que se metió en política para hacer prosperar Ribeira

Barbanza

A. Lorenzo ribeira / la voz (Ribeira, 1843)
Jesús Lijo junto a su mujer María del Carmen Faraldo en la celebración de su 80 cumpleaños

El empresario, que falleció a los 80 años, fue concejal con Torres Colomer entre 1991 y 1995

02 Sep 2024. Actualizado a las 13:57 h.

«Si voy contigo es para trabajar, yo no voy a rellenar, voy a trabajar». Esa fue la respuesta que Jesús Lijó Ageitos (Ribeira, 1943) le dio a José Luis Torres Colomer cuando le propuso formar parte de la lista del PP que finalmente ganaría las elecciones en 1991, un mandato en el que se ocupó de la segunda tenencia de alcaldía y del área de Educación y Aguas. Y así lo hizo, asegura el ex alcalde ribeirense que lo califica como «un hombre serio, un gran profesional y trabajador y, sobre todo un gran amigo, fue un honor tenerlo en mi equipo».

Pero antes de su incursión en la política, Lijó Ageitos se había forjado una gran carrera profesional, que inició justo al terminar los estudios de Ingeniería Industrial en Vigo, ciudad en la que conocería a su mujer, María del Carmen Faraldo. Apenas tenía 25 años cuando sentó las bases de su negocio dedicado a obras y servicios —Grupo Lijó—, que no paró de crecer y que ahora continúa de la mano de sus hijos. Uno de ellos, Suso, confesó que las únicas dos aficiones de su padre «eran el trabajo y la familia. Lo daba todo por sus clientes, por resolver sus problemas y que siempre pudieran continuar con su actividad». De hecho, poder ofrecer el mayor número de servicios hizo que abandonase su cargo de concejal al terminar ese mandato, porque era incompatible poder compaginarlo con su actividad empresarial. «Él se ocupaba de la electricidad, tanto en tierra como en los barcos, y las horas no le daban para poder seguir como edil, un cargo con el que se volcó porque siempre quiso hacer prosperar a Ribeira».

Nunca paró de trabajar, y aunque hacía unos años que se había jubilado, era habitual verlo aparecer por las oficinas de la compañía para comprobar que todo seguía funcionando tal y como él quería, porque su empresa era toda su vida. Ayer fallecía a los 80 años, y sus restos mortales están siendo velados en la tanatorio de Los Dolores, desde donde esta tarde, a las 16.00 horas, partirán hacia el cementerio de Castiñeiras donde recibirán sepultura. A continuación, se celebrará el funeral en esta misma iglesia.


Comentar