El hombre del mañana
Barbanza
Agobiado por datos que no entiende y metas que no eligió, sospechará antes de morirse que ha sido estafado
17 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.
El hombre del mañana confunde sensibilidad con sensiblería, cuando llora lo publica en una red social. El hombre del mañana pregunta su opinión a ChatGPT. El hombre del mañana cree que hay un enemigo invisible que actúa en la distancia al que responsabilizar de todos sus males; a veces son los rusos, a veces las grasas saturadas, a veces el comunismo, el fascismo, las fake news, el horóscopo, el otro, el otro, nunca yo, siempre el otro.
El hombre del mañana se ahoga aunque tiene una app que le recuerda que tiene que respirar. El hombre del mañana solo sabe que durmió bien si se lo dice su smartwatch, que también le indica su frecuencia cardíaca, su tensión, su glucosa y un montón de parámetros que le sirven para constatar que está vivo. El hombre del mañana escucha podcasts de autoayuda y una lista de canciones de su juventud, pues también necesita recordar que alguna vez se sintió libre.
El hombre del mañana mira vídeos de influencers, sabe que son basura pero siente que su ocio es una obligación pegajosa para no perder el zeitgeist de su tiempo, al que es incapaz de adherirse, pero también de desprenderse. El hombre del mañana discute por internet y es un cobarde. ¿Por qué se encuentra tan cansado si el reloj le dice que durmió bien? Tiene una notificación que le conmina a beber otro vaso de agua. El móvil le dice que dio muchos pasos y él siente que no está en ninguna parte, que no pertenece a ninguna parte. El hombre del mañana, agobiado por datos que no entiende y metas que no eligió, sospechará antes de morirse que ha sido estafado.