La Voz de Galicia

Valle-Inclán

Barbanza

José Antonio Ventoso

16 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Hace cien años, Valle-Inclán publicó de manera definitiva el texto teatral Luces de Bohemia que actualmente se representa en el Teatro Español de Madrid con Max Estella y Don Latino contando y cantando a las tabernas como paradigma de la socialización de la cultura popular. Por la obra desfila un documental de los oficios de la España pobre y olvidada: bebedores sempiternos, conspiradores, chantajistas o sablistas, que ahogan en alcohol penas de injusticias eternas. Vidas a menudo marcadas por la violencia o el engaño.

Los lejanos ecos de su memoria son custodiados en el Museo Valle Inclán, ante la cuasi general indiferencia, gracias a los ímprobos y generosos esfuerzos de su director, Antonio González Millán, al que había que hacerle un reconocimiento público por su lucha en solitario para recordar y enaltecer la figura de uno de los grandes escritores de la literatura española de todos los tiempos. Su figura duerme el sueño de los justos centralizada y exclusivamente alrededor de A Pobra como si no trascendiera como mínimo a todo Barbanza y a los concellos de la mancomunidad. Nada hacen por dar a conocer una figura tan enorme desde el punto de vista literario y desde la actualidad de su ética indomable.

El genio de las Comedias bárbaras que retrató como nadie la decadencia de la hidalguía y el mundo finisecular de plazos, pleitos o curas no tiene jornadas dedicadas a recordar su nombre, no tiene quien le quiera salvo unos pocos entusiastas dedicados a impedir el borrado de su presencia en la comarca. Valle-Inclán merecería que concellos, Xunta y entidades culturales se pusieran manos a la obra.


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