La Voz de Galicia

No hay policías locales suficientes en Barbanza para controlar el toque de queda

Boiro

A. Gerpe ribeira / la voz

Los destacamentos de Boiro y Ribeira son los únicos con servicio nocturno diario

31 Oct 2020. Actualizado a las 19:18 h.

La merma paulatina de agentes que desde hace años sufren los cuerpos de la Policía Local en la comarca pasa factura ahora que la crisis sanitaria hace necesario extremar la vigilancia de las normas anticovid. El toque de queda obliga al confinamiento a quienes no tengan motivos justificados para permanecer en la vía pública después de las 23.00 horas, ¿pero quién controla las calles? De los nueve destacamentos barbanzanos, solo en Boiro y Ribeira hay servicio nocturno diario. En los restantes, depende.

La falta de personal hace imposible la realización de guardias en Outes, Carnota y Porto do Son e, incluso, cubrir en muchos casos la prestación más allá de las tres de la tarde. El sonense es un caso paradigmático, porque tiene un policía de plantilla y cuatro auxiliares. En Muros, dos bajas médicas de larga duración, el pase a segunda actividad de varios profesionales y las jubilaciones han reducido a cuatro el número de agentes, por lo que la alcaldesa, Inés Monteagudo, explica que los que quedan solamente hacen noches en circunstancias muy concretas.

Por lo que respecta a las localidades de Noia, A Pobra y Rianxo, dependiendo de los turnos de descanso, algunas jornadas sueltas puede haber patrullas nocturnas. En el caso pobrense, el oficial al mando, Antonio Millán, precisa que los cuatro auxiliares que había finalizaron su actividad y que la intención del Concello es contratar a dos.

Las bajas también pasan factura a la Policía Local de Noia, su responsable, Francisco Fernández, señala que ahora son cuatro, por lo que únicamente quedan otros tantos agentes en activo y un auxiliar: «Non temos xente. É imposible cubrir todas as horas con cinco persoas».

En todos los ayuntamientos afirman que actúan en colaboración con la Guardia Civil en los puestos de la comandancia noiesa, aunque este cuerpo también se ve sobrepasado por la gran cantidad de frentes abiertos.

Controles aleatorios

Donde sí es posible toparse con agentes cuando el reloj marca la hora de entrada en vigor del toque de queda es en Ribeira y Boiro. En el caso ribeirense, el oficial José Manuel Bretal comenta que realizan controles aleatorios a los vehículos: «Para saber se é un desprazamento xustificado». En la semana transcurrida desde la entrada en vigor de la norma no han puesto ninguna sanción: «Todo o mundo que foi parado tiña un motivo demostrado».

La supervisión de lugares en los que hay establecimientos hosteleros y de espacios apartados para prevenir los botellones son otras inspecciones diarias. También la atención a las llamadas de los vecinos por ruidos en viviendas a altas horas. Los agentes han tenido que intervenir en varias ocasiones, aunque Bretal señala que desde la conclusión del verano la incidencia es menor.

Por su parte, la Policía Local de Boiro, además de velar por el cumplimiento de los horarios de cierre y por evitar que personas sin autorización deambulen por la calle más allá de las once de la noche, realiza inspecciones de carácter general a lo largo de todo el territorio municipal. Fuentes del Concello boirense explicaron que la vigilancia se efectúa en la totalidad del término, aunque no se han desplegado dispositivos especiales. Tampoco en este caso se ha interpuesto hasta ahora ninguna multa, ni existe constancia de que en las últimas semanas hayan tenido lugar intervenciones motivadas por la realización de fiestas en domicilios.

En ambos destacamentos se subraya que la población parece estar sensibilizada sobre la necesidad de respetar las normas. Sin embargo, no bajan la guardia para que siga siendo así.

Bien común

Respetar las normas anticovid es un bien común. Lo idóneo sería que cada uno asumiera su responsabilidad en la parte que le toca para que todos los sectores económicos pudieran mantener a flote su actividad sin excesivas restricciones. Se dijo durante el confinamiento que la población había cumplido. Desde la desescalada quedó de manifiesto que la obediencia era relativa y que respondía al miedo. Las fuerzas del orden tienen muchos frentes abiertos y pocos efectivos para atender a todo.

Agentes autonómicos desplegaron nueve dispositivos que se saldaron con tres denuncias

La Policía Autonómica desplegó nueve dispositivos en la comarca para controlar el cumplimiento de las medidas anticovid el primer fin de semana de entrada en vigor del toque de queda. Como resultado de la actuación, los agentes tramitaron una denuncia en Boiro y dos en Rianxo.

Además, en el municipio rianxeiro identificaron a un par de personas y efectuaron dos inspecciones a raíz de quejas vecinales por posibles infracciones de las normas establecidas.

Los restantes municipios en los que hubo presencia de agentes autonómicos fueron los de Noia, con dos dispositivos, Lousame, A Pobra do Caramiñal, Porto do Son y Ribeira, con uno. En ninguno se detectaron infracciones.

La delegación territorial de la Xunta en A Coruña indicó que estas actuaciones se enmarcan en el seno de la colaboración entre los cuerpos de seguridad del Estado. Control de horarios, del uso de mascarilla y prevención de botellones fueron algunos de los aspectos vigilados.


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