A prisión el dueño fugado de un barco que escondía 1.400 kilos de cocaína en agosto en Camelle
Boiro
El pesquero Nuevo Furuno fue identificado saliendo al océano para recoger la droga y regresar a puerto; los responsables de la trama siguen ocultos
25 Jun 2024. Actualizado a las 18:29 h.
El decomiso de 1.400 kilos de cocaína a principios de agosto a bordo del barco pesquero Nuevo Furuno, amarrado en el puerto de Camelle, tuvo este jueves el segundo capítulo de una investigación de corto recorrido por ahora. La Policía Nacional arrestó al propietario del barco, Luis Alfredo Yáñez Martínez. La detención tuvo lugar en Boiro, villa natal de Yáñez, y este arresto se complementa con la detención de otra persona el mismo día que se decomisó la droga en agosto, Brais Mariño, de 27 años, que también estaba a bordo del barco cuando hicieron acto de presencia los investigadores e, igualmente, es natural de Boiro.
La jueza del Juzgado de Corcubión número 2 ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del dueño de la embarcación, que se ha acogido a su derecho a no declarar. Está investigado por un delito contra la salud pública. Para adoptar esta decisión, la jueza ha tenido en cuenta la gravedad del delito y el riesgo de fuga.
Aquel decomiso resultó en cierta manera sorprendente porque implicaba saber dónde se escondía semejante cantidad de droga, pero solo implicó el arresto de un marinero que la custodiaba y resultaba evidente que carecía de peso en el entramado que organizó el transporte marítimo de un porte de cocaína valorado en 24 millones de millones de euros. Y es que no hay mayor evidencia de que el operativo fue sobrevenido que el hecho de haber judicializado entonces estos hechos en el juzgado de guardia de la zona, con sede en Corcubión.
El paso de los meses permite reconstruir ahora qué pasó en los días previos al decomiso de la droga. La Policía Nacional recibió de manera unilateral información de agencias internacionales sobre el inminente transbordo de una importante cantidad de droga en el Atlántico para su posterior traslado a Galicia. La Policía Nacional apostó en esta ocasión por solicitar colaboración al Servicio de Vigilancia Aduanera, que desplegó un dispositivo por mar y aire para interceptar a los barcos nodriza y receptor.
La reconstrucción de lo ocurrido en alta mar fue fructífera. Ambos cuerpos policiales concluyeron que el trasvase de droga ya se había consumado, y que la embarcación receptora había alcanzado tierra. Se trataba del barco pesquero Nuevo Furuno, recientemente adquirido por Luis Alfredo Yáñez a un patrón mayor de la Costa da Morte, que nada tiene que ver con lo ocurrido y colaboró con la investigación.
El registro del barco fue positivo, se localizaron 1.400 kilos de cocaína, pero solo se arrestó a un peón del entramado: Brais Mariño, que vigilaba la mercancía. La detención de este jueves tampoco es representativa en el entramado que gestó la operativa criminal marítima. Su papel, presuntamente, respondería al de haber cobrado dinero por comprar el barco, ponerlo a su nombre y a disposición de quien le pagaba para salir al encuentro del barco que traía la mercancía. Este detenido encaja en lo que los cuerpos policiales denominan «testaferro operativo».
Luego, se eligió la Costa da Morte para llevar a puerto el pesquero con la mercancía, una zona menos vigilada y más aislada que las Rías Baixas. Está por ver si la investigación tendrá más recorrido en forma de nuevos arrestos que dañen realmente a la organización criminal que diseñó y financió la llegada del alijo.