«Ius Primae Noctis», o el derecho de pernada
Noia
17 Mar 2010. Actualizado a las 02:00 h.
Desde la Alta Edad Media, los nobles imponían el rito del acto sexual, Ius Primae Noctis , con las mujeres vasallas desde su doble poder de hombres y «señores». Esta costumbre de herencia visigoda de que el «señor» se acostase con la novia en su primera noche de casada como gesto de vasallaje era, en principio, una tradición de derecho feudal más o menos admitida. Este rito, avalado por el uso y la costumbre, fue perdiendo consenso social y, al tiempo que los señores feudales seguían exigiendo y practicando la prestación corporal de las mujeres, acabó provocando grandes revueltas antiseñoriales.
El derecho de pernada continua vigente en Galicia al menos hasta mediados del siglo XV, que es cuando pierde todo su ropaje ceremonial y asume aires de violación. El forzamiento de mujeres por parte de los hombres del «señor», extendido a los soldados de las fortalezas, será uno de los grandes agravios que desencadenan la ira justiciera y antiseñorial de los irmandiños en el año 1467.
Dos personajes muy directamente relacionados con Corcubión, Fadrique Enríquez, conde de Trastámara, duque de Arjona y señor de Corcubión, y el arzobispo de Santiago, Rodrigo de Luna, serán de los últimos juzgados en Galicia por el uso y abuso del cuestionado Ius Primae Noctis .
Fadrique Enríquez
Fadrique Enríquez, conde de Trastámara, era un noble de primer orden y muy influyente en la corte de Juan II. En aquel convulso reinado participó activamente en las luchas de la Corte de Castilla. Era el prototipo de un señor medieval, violento, amigo de trovadores, aficionado a las mujeres solteras y casadas, y maltratador de su mujer, Aldonza de Mendoza, a la que le robó su dote, sus alhajas y la encerró en prisión durante dos años.
En el año de 1429, con motivo del enlace de su sobrina Juana de Castro con Rodrigo de Moscoso, le entregó como dote de boda la villa de Corcubión. Esta villa pasa entonces del condado de Trastámara al señorío de los Moscoso de Altamira.
Pero el conde de Trastámara pierde el apoyo real y es acusado de usar y abusar del derecho de pernada (dice el trovador en boca del Rey: «... De vos el duque de Arjona, grandes querellas me dan, que esforsades las mujeres, casadas y por casar»). Fadrique murió ajusticiado en el año 1430 por orden de Juan II, el valido real Álvaro de Luna, fue su verdugo. Por este motivo, el título de conde de Trastámara pasó a posesión de la corona y dejó de utilizarse en adelante con carácter hereditario.
Rodrigo de Luna
Por distintos avatares, el verdugo del conde de Trastámara, Álvaro de Luna, cayó en desgracia y fue ajusticiado en 1453.
Un sobrino bastardo suyo, Rodrigo de Luna, arzobispo de Santiago, en el año 1457 aprovechando que Rodrigo de Moscoso estaba ausente, intentó arrebatar a los Altamira la villa de Corcubión atacándola por mar con quince naves que partieron de Noia al mando de los capitanes Caamaño y Becerra. A pesar del saqueo y quema de la villa, finalmente fue rechazado. Tras su fracaso se refugió dos años en Padrón con todo el cabildo catedralicio compostelano, con el fin de protegerse de las iras de los Moscoso de Altamira y la insumisión general de sus vasallos.
Al año siguiente, fue acusado de «deshonesto vivir» y de practicar el derecho de pernada («Y entre otras cosas asaz feas que este arçobispo avía cometido, acaesció que estando una novia en el tálamo con su marido, él la mandó tomar y la tuvo consigo toda una noche»). Expulsado de su señorío, murió en extrañas circunstancias en 1460.