Las familias que se salen del modelo tradicional: «Estamos obligados a elegir entre cuidar a nuestros hijos o trabajar para poder mantenerlos»»

«Somos fácilmente el 20 o el 30 % de las familias, pero parece que no existimos». Esos desconocidos para la gran mayoría son las familias monoparentales, aunque, como apuntan desde la asociación gallega que las aglutina, es más apropiado hablar de monomarentales, ya que se estima que el 80 % son madres que crían a sus hijos en solitario. No hay certezas porque todavía no existe —se está en ello— un registro que permita saber cuántas son y de qué tipo estas familias que rompen con lo que se considera el modelo tradicional y que tienen que lidiar con muchas dificultades para salir adelante. De todo ello se habló en un encuentro celebrado ayer en el Casino de Noia.

La convocatoria partió de la Asociación de Familias Monomarentais de Galicia (Fagamos) y su objetivo era dar a conocer el colectivo y ser un punto de encuentro en el que tejer redes entre las familias con un solo progenitor. Porque la realidad, como explicaba la presidenta de la entidad, la noiesa Inmaculada Alonso, es que están muy solas: «Hai dez anos, cando decidín ser nai en solitario, atopei moitas trabas administrativas, e non tiña ningunha referencia, non había ningunha persoa que puidera asesorarme, tiven que ir a Madrid a buscar apoio e información».

Ese fue el germen de Fagamos, que tardó años en ver la luz, entre otras razones, por las dificultades para establecer una red de contactos con otras personas en su misma situación. A ello se añade el desconocimiento que todavía existe en torno a esta cuestión: «Hai xente que non ten claro que é unha familia monomarental. Non se trata só de persoas que deciden ter fillos en solitario, tamén pode deberse a causas sobrevidas, como viuvez, divorcios ou incluso casos de violencia de xénero nos que se ten a custodia en exclusiva».

Esa es una de las motivaciones de la asociación, informar, pero también apoyar a estas familias, que se encuentran con muchas dificultades, de conciliación pero también económicas. Inmaculada lo sabe: «Aparte do tempo, temos a dificultade económica, porque a maior parte temos xornada reducida para poder atender aos nenos e, polo tanto, un soldo reducido. No meu caso, a decisión de ser nai eu soa foi moi meditada, foron seis anos de reflexión e de preparación. Eu era directiva nunha gran empresa e tiña claro que ía ser difícil compaxinalo, cambiei de traballo e mudeime para poder ter o apoio da miña rede familiar».

Desarrollo profesional

Aunque son mayoría las mujeres, también hay padres que se ocupan en exclusiva de la crianza de sus hijos y viven las mismas dificultades. Es el caso de Pablo, abogado de Sada que se desplazó a Noia junto a su hija para asistir al encuentro organizado por Fagamos. «El principal problema es que estamos obligados a elegir. Yo tengo que escoger entre cuidar a mi hija o trabajar todo lo que necesito, tengo que renunciar a desarrollarme profesionalmente. Y estaremos obligados a elegir hasta que la Administración regule esto».

En ello están tanto el Gobierno central como el gallego. De hecho, en Noia estuvo también el director xeral de Familia, Jacobo Rey, acompañado por el alcalde, Santiago Freire, y explicó que se está trabajando en la elaboración de un registro para reconocer los derechos de estas familias y articular líneas de apoyo y ayudas.