La Voz de Galicia

El sueño americano

Outes

Carmen alborés

16 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los nuestros, Manuel Otero Martínez, un joven de 28 años, tenía un sueño, conseguir la nacionalidad americana, ganarse un sueldo y ayudar a su familia, como hicieron miles de emigrantes. Él ahora está enterrado en la misma parroquia en la que yo fui bautizada, en O Freixo, Sabardes, territorio de Outes, compartiendo el camposanto con mis antepasados. Manuel Otero se alistó en el ejército americano, y adquirió la nacionalidad, pero tuvo la mala suerte de que América entrara en la Segunda Guerra Mundial, y a él lo destinaran a luchar en el desembarco de Normandía. Corría el año 1944, era el 6 de junio, el día D. Fue un día funesto para él. Pisó una mina enemiga en la playa de Omaha y se convirtió en el único español muerto en el desembarco.

 

Me imagino a Manuel herido, tumbado en el suelo, diciéndole en un inglés deficiente a su compañero que quería que lo llevasen a su tierra natal para morir. Supongo que no quería permanecer para siempre en una tierra extraña donde su madre no pudiese ir a llorarlo al pie de su sepultura. Los gallegos tenemos morriña hasta después de muertos, como decía Rosalía: «Levaime, levaime airiños donde me esperan una nai que por min chora, un pai que sin min non alenta. Airiños da miña terra penso que de morta hei de sospirar por ela».

Con ayuda de la Cruz Roja Internacional lo trajeron a Outes. Yo los visualizo viniendo desde Normandía por aquellas penosas carreteras, atravesando Ponte Nafonso y preguntando a la gente donde quedaba O Freixo.

Una señora de la zona me dijo que aún recuerda cuando llegó al cementerio. Ella era entonces una niña y vio cómo unos hombres sacaron el ataúd de madera de dentro de otro de zinc. También me contó de quien era hijo Manuel Otero y que a su madre le asignaron una pensión los americanos para toda la vida.

Ahora a Otero le rinden honores, demasiado tarde. Yo me pregunto qué rumbo tendría su vida si la paz se hubiese sellado unos años antes y él hubiera cumplido el sueño americano.


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