Los caballos volvieron a tomar Moldes

Hay varios ingredientes indispensables que nunca faltan en la romería de Moldes: las flores y las velas para honrar a la santa, los puestos de rosquillas, pulpo y churrasco, o las atracciones de barquillas y cadenas. A todos ellos se han ido añadiendo nuevos alicientes en los últimos tiempos, como hinchables o animadas actuaciones musicales; y también se han recuperado tradiciones de antaño, como la llegada de numerosos devotos a lomos de sus caballos. Aunque siempre hubo equinos en la cita pobrense que tiene lugar cada segundo domingo de mayo, en esta edición se superó con creces el número de años anteriores, y se calcula que fueron alrededor de un centenar los que se pasearon por la celebración.

María Rivas, presidenta de la comisión promotora desde el 2016, reconoció que desde que ella se puso al frente de la organización es la edición a la que más caballos asistieron, además de que también se contó con muchos más puestos de venta de comida y juguetes e incluso ropa. En cambio, notó que hubo un poco menos de afluencia que el año anterior, algo que achacó a que la romería coincidió esta vez con varios eventos importantes que restaron participantes, como la concentración motera, la celebración de un trail, la competición de trainerillas o el partido del Deportivo.

Con todo, fueron numerosos los devotos que no quisieron faltar a esta cita con Nuestra Señora del Belén, y ya desde el sábado por la tarde muchas personas comenzaron a llevar flores y velas al cruceiro que separa los concellos de A Pobra y Ribeira. A medida que transcurría la jornada de hoy, a ellos se le fueron añadiendo muchas más, que inundaron de color el pequeño recinto donde se ubica el altar de la santa. Sobre la una de la tarde se celebró la tradicional misa solemne, en la que se contó con el acompañamiento de la coral Abrente de la Asociación de Amas de Casa de A Pobra, y del grupo de gaitas Os Caraveiros. Estos últimos también se encargaron de la alborada inicial junto con Os Pequenos do Barbanza; y es que la música fue otro de los ingredientes que convirtió la celebración en un éxito.

Todo el mundo a bailar

Si primero fueron los miembros de las agrupaciones Arrancadeira, Caramiñas, Nunca é Tarde y Pedra de Aroña las que animaron la romería con sus coreografías y canciones, el relevo lo cogió DJ Matrek, que se encargó de animar la sesión vermú hasta bien entrada la tarde.

«Es increíble, siempre pone a todo el mundo a bailar», reconoció María Rivas, que tras haber contado con él el año pasado no dudó en volver a llamarlo para que la diversión estuviese asegurada.