Carlos Álvarez: «En los seis años que llevo trabajando en los juzgados de Ribeira solo he tenido una guardia tranquila»

Carlos Álvarez tiene claro que la justicia gratuita tiene que existir para intentar ayudar a aquellos barbanzanos con menos recursos que se tienen que enfrentar a un proceso judicial, y fue precisamente por ese motivo por el que comenzó a trabajar en el turno de oficio en el 2013. Sin embargo, la existencia en la comarca de un gran número de delincuentes comunes que pasan por los juzgados con demasiada asiduidad provoca que la sobrecarga de trabajo sea enorme, «y cuando te toca el turno de asistir a los detenidos, olvídate de hacer cualquier otra cosa en el despacho. En los seis años que llevo trabajando en los juzgados de Ribeira solo he tenido una guardia tranquila».

Calcula que por las salas ribeirenses pasan una media de cuatro o cinco arrestados a la semana que son asistidos por letrados de la justicia gratuita, lo que traduce «en que muchas veces tienes que realizar una media de entre 20 y 30 asistencias semanales», una labor que requiere numeroso trabajo y que cree que no está bien remunerada. «Las tarifas están fijadas en una ordenanza y lo normal es que por un procedimiento abierto por robo cobres unos 300 euros», especificó.

A esto se une que muchas veces a sus representados se les deniega finalmente la justicia gratuita, ya sea porque tienen varias propiedades o porque han estado trabajando el año anterior. «Ahí aparece otro gran problema, porque en la mayoría de las ocasiones no llegas a cobrar por tu trabajo», destacó el abogado pobrense.