Una dispar amalgama de cotizaciones

Es sin lugar a dudas una de las lonjas más versátiles de las que existen en Galicia. La rula de Ribeira recibe la carga de barcos procedentes de todos los puertos gallegos e incluso de otros puntos de la cornisa cantábrica. Por sus instalaciones pasan todos los días entre ochenta y cien especies diferentes, pero también llaman la atención las cotizaciones de pescados y mariscos. El año pasado la facturación en este recinto de ventas superó los 40 millones de euros. Por algo es el primer puerto de bajura de la UE. Tener tanta variedad también provoca que las cotizaciones sean muy diferentes y dispares. En sus dependencias se pueden adquirir mariscos a 50 euros el kilo o pescados cuyo precio no supera el euro.

El viernes pasado, la especie que más destacó a la hora de pasar por caja fue la langosta, cuyo precio medio quedó establecido en los 50 euros. El rodaballo se convirtió en un pescado de primera categoría pues el kilo estuvo a 35 euros.

La demanda en la época veraniega también provoca que los compradores paguen más por productos muy solicitados en plazas y restaurantes. Es el caso de la almeja fina que abandonó el recinto a 31 euros el kilo. El bogavante cotizó a 25 euros y el camarón a 26.

Hermanos pobres

Pero estos productos tienen unos hermanos pobres con muy poca salida comercial e, incluso, son denostados por los compradores. Es bastante habitual encontrar pescados con precios por debajo del euro el kilo. Aunque no son muchos, es fácil encontrar en la subasta especies cuya cotización es demasiado baja y que no satisface las exigencias de los marineros.

El mismo viernes en el recinto de subastas el pescado más barato era la boga, que se pagó a un precio medio de 0,25 euros el kilo. El chincho, o jurel mediano, estaba a 0,35 euros. El cabalón, especie muy similar a la xarda, fue incapaz de remontar el vuelo y se quedó en 0,48 euros. El mújol o muxo a 0,50, mientras que el congrio, un pescado blanco y con una carne muy sabrosa, rondó 1,5 euros el kilo.

Otras especies

Pero también hay otras especies que tienen muchos problemas a la hora de su comercialización. Es por ejemplo, la pintarroja, más conocida como melgacho. El mes pasado hubo alguna en la lonja ribeirense, pero su cotización fue como su aspecto, fea. El precio medio quedó en 0,20 euros.

Un pescado que hace años era muy habitual verlo en las estanterías de conservas, el alcrique, es otro producto denostado que no tiene salida. Es incapaz de superar la barrera de 0,50 euros, una cotización similar a la de la castañeta que hubo jornadas del mes pasado que se quedó en los 0,40 euros el kilo. O la saboga, otra especie que aunque hay poca, su cotización media en alguna jornada del mes pasado se quedó en 0,75 euros.

La diversidad de la rula de Santa Uxía es tan variada que en agosto también se pusieron en la parrilla de salida lotes de bonito. Hace unos días se subastaron más de 1.600 kilogramos. El precio medio estuvo en 4,75 euros, procedente de un barco que acabó la costera en Ribeira y que ya alijó su mercancía en el puerto de la capital barbanzana.

50 €

Langosta

El tirón del turismo provocó que este crustáceo llegase a los 50 euros el kilo, el viernes, en la lonja ribeirense

35 €

Rodaballo

El pescado de calidad que sale de Santa Uxía siempre tiene un hueco en las mesas más importantes de España

31 €

Almeja fina

Es uno de los productos más demandados por los turistas en Galicia. Su cotización se dispara en esta época.

0,20 €

Melgacho

Es como un tiburón pequeño pero su imagen lo hace poco atractivo. Suele venderse para Andalucía, donde lo ahúman

0,48 €

Cabalón

El pariente pobre de la xarda no tiene quien le quiera. La mayor parte de sus capturas van para el engorde de atunes

1,7 €

Congrio

Esta especie en forma de serpiente tiene mucho desperdicio y numerosas espinas lo que provoca su rechazo