La Voz de Galicia

Una nueva narcocasa compromete la convivencia en pleno centro de Ribeira

Ribeira

Christopher rodríguez Ribeira / la voz
El supuesto narcopiso está situado en una vía que conecta con la céntrica calle Galicia.

Toxicómanos habituales reconocieron a la policía que es un punto de venta de droga

24 Aug 2023. Actualizado a las 19:00 h.

Sigilo, tensión ante la posibilidad de ser descubierto, tocar a la puerta y entrar raudo para realizar la transacción. El funcionamiento de cualquier punto de venta de droga lo conocen bien los toxicómanos habituales de Ribeira. Cualquier recoveco o inmueble abandonado es válido para satisfacer unas necesidades que minan la convivencia en cualquier zona que se precie. Tras la desaparición de la narcocasa situada en la calle Romero Ortiz, que quedó reducida a cenizas a principios de junio, la droga parece haber encontrado un nuevo techo en el que refugiarse en el centro de Ribeira, más concretamente en la calle Cataláns.

Los vecinos de los alrededores son los primeros en constatar la problemática que gira entorno a uno de los pisos situados en la estrecha vía, conectada con las calles Galicia y General Espartero. Las llamadas a las fuerzas del orden se suceden desde hace semanas denunciando gritos, broncas o trifulcas en las que los involucrados acostumbran a ser toxicómanos habituales y el foco la puerta de la supuesta narcocasa.

Broncas y trifulcas

El último de estos episodios tuvo lugar este mes. La llamada de un particular alertó a la policía de un nuevo conflicto en el inmueble entre varios viejos conocidos de las fuerzas del orden. Cuando los agentes llegaron al lugar se encontraron con la puerta tirada y sin nadie en el interior. Pese a esto, toxicómanos de la zona habrían reconocido a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que dicho piso se trataría de un punto de venta y consumo de droga.

Aunque con similitudes, el funcionamiento de este inmueble no sería igual al de Romero Ortiz, conocido en los bajos fondos como la casa de Seco. Las primeras hipótesis indican que nadie reside en la vivienda de forma regular y que esta tan solo sería utilizada para el tráfico de estupefacientes.

A raíz de esto se explicaría el derribo de la puerta, que podría haber estado provocado al no abrir nadie debido a que los proveedores no se encontraban ahí en el momento de los hechos. También la calle Churriana, conectada con la Cataláns, sufre las consecuencias de la droga, ya que los toxicómanos esperan ahí para ser atendidos en el inmueble e incluso llegan a consumir en la vía pública, según fuentes policiales. Los coletazos de este suceso llegan más allá, ya que uno de los implicados terminó por ser detenido por amenazas y peleas a los pocos días de la gresca en el presunto narcopiso.

En este sentido, fuentes del Sindicato Unificado de Policía aseguran que para hacer frente a estos conflictos es necesario un aumento de personal. Según explican, al conocer que el catálogo de la comisaría de Ribeira no sería aumentado, solicitaron la incorporación de una decena de agentes en atribución temporal de funciones, petición que sería rechazada. Un equipo específico para luchar contra la droga es otra de las reclamaciones.


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