Los bosques vírgenes desaparecen aceleradamente en el mundo
Biodiversa Galicia
En dos años, la Tierra ha perdido una superficie equivalente a Austria
21 Jun 2018. Actualizado a las 14:03 h.
Entre el 2014 y el 2016 los bosques vírgenes perdieron cada año en el mundo una superficie de 90.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a Austria, y el ritmo de destrucción se acelera desde que comenzó el siglo, según los resultados presentados esta semana. A pesar de algunos esfuerzos para luchar contra la deforestación, casi 10 % de los bosques primarios del planeta fueron parcelados, degradados o simplemente destruidos desde el año 2000, según un análisis de imágenes por satélite presentado en una conferencia sobre «bosques intactos» en Oxford. En promedio son más de 200 kilómetros cuadrados perdidos por día desde hace 17 años.
«La degradación de bosques intactos es una tragedia mundial porque destruimos de manera sistemática un elemento clave de la estabilidad del clima», comentó Frances Seymour, experta del World Resources Institute que participó en las investigaciones. «Los bosques son la única infraestructura segura, natural, probada y abordable financieramente para capturar y almacenar el carbono», agregó. Los bosques vírgenes tienen asimismo un papel crucial para la biodiversidad o la calidad del aire y del agua. Unas 500 millones de personas dependen de ellos para subsistir.
El «paisaje forestal intacto», que incluye zonas húmedas y prados, se define por la ausencia de actividad humana mayor en una superficie de al menos 500 kilómetros cuadrados. Lo que quiere decir que no debe haber carreteras, ni agricultura intensiva, ni minas, ni ferrocarriles. En enero del 2017, unos 11,6 millones de kilómetros cuadrados de bosques respondían a ese criterio. Pero «numerosos países pueden perder todas sus tierras forestales salvajes en los 15 a 20 años» próximos, advierte Peter Potapov, de la universidad estadounidense de Maryland que dirige las investigaciones. Al ritmo actual, los bosques primarios habrán desaparecido para el 2030 en Paraguay, Laos y en Guinea ecuatorial, y para el 2040 en República Centroafricana, Nicaragua, Birmania, Camboya y Angola.
Una destrucción «inquietante»
«En un momento dado, podría no haber ninguna zona en el mundo que podríamos calificar de intacta», continuó Tom Evans, de la organización Wildlife Conservation Society. «Es inquietante». Los principales culpables de esta desforestación varían: agricultura y explotación forestal en los países tropicales, incendios en Canadá y Estados Unidos, incendios, minas y perforaciones en Rusia y en Australia. Comparado al periodo 2000-2013, Rusia perdió un promedio de 90 % más cada año entre el 2014 y el 2016. Para Indonesia, es el 62 % y para Brasil el 16 %. Esas cifras son el resultado de análisis de imágenes satélite comparadas con estudios similares hechos en el 2008 y el 2013.
Esos datos en alta resolución «nos permiten detectar las alteraciones causadas por el hombre y la fragmentación de bosques vírgenes», explica Peter Potapov, cuyos resultados serán sometidos al proceso habitual de evaluación por sus pares antes de publicación. El científico criticó además la eficacia del sistema de certificación del desarrollo sustentable de la industria forestal FSC (Forest Stewardship Council). Creado en 1994 con el apoyo de oenegés como WWF, esta certificación promueve una «gestión forestal socialmente benéfica», la preservación de recursos forestales, y apunta a permitir «a las empresas y a los consumidores poder elegir con conocimiento de causa».
Pero alrededor de la mitad de los paisajes forestales intactos en concesiones certificadas FSC se perdieron entre el 2000 y el 2016 en Gabón y en República del Congo, según las nuevas cifras. Y en Camerún 90 % de los bosques monitoreados por el FSC desaparecieron. El FSC «no es una herramienta para su protección», insistió Potapov.
Por otra parte, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y varias oenegés reunidas en una iniciativa bautizada Nature4Climate lanzaron el miércoles un llamado a invertir más en bosques y en el uso de la tierra, «sector olvidado de la lucha» contra el cambio climático. Esto a través de una limitación de las tierras agrícolas, reforestación y gestión mejorada de los bosques, restauración de ecosistemas.