La «bacinilla», un casco que trae de cabeza a los agentes del 092

Entre los recovecos de la ley se coló un casco, el quitamultas , que se ha convertido en una suerte de pesadilla con visera para el 092. Es el protector que llevaba en su cabeza el último joven que murió en accidente de moto en A Coruña, y sirve para evitar las sanciones de la Policía Local. Lo que no sirve, aseguran muchos motoristas, es para darle esquinazo la muerte. La bacinilla , como la han bautizado en las tiendas especializadas, es un casco con visera autorizado por el Gobierno tras la prohibición de circular sobre dos ruedas sin protección. La medida se tomó, dicen los expertos, para facilitar la adaptación de los motoristas a la nueva normativa, y tiene fecha de caducidad: a partir del año que viene la bacinilla quedará proscrita de las calles de A Coruña. Preocupación Pero ese período de aclimatación ha tenido su coste en vidas: el concejal de Transporte y Seguridad Ciudadana, Carlos González-Garcés, dijo ayer que «su finalidad no es proteger la cabeza, sino evitar las sanciones. Probablemente, si el joven que falleció el viernes hubiese llevado un casco integral -en vez del quitamultas- no habría muerto». Garcés admitió que existe «una preocupación muy seria» en torno a las bacinillas , y quiso hacer un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad. De todos modos, admitió que el accidente del viernes, «aparentemente, se debió a una maniobra imprudente del conductor del turismo que chocó contra la moto». Conseguir el salvoconducto antisanciones cuesta en las tiendas unos 15 euros, 10 menos que un casco homologado. Porque esa es otra diferencia: «la bacinilla está autorizada, pero no homologada porque no supera los controles de seguridad que sí cumplen otros cascos», aseguran en establecimientos dedicados al mundo del motor.