Gran cine con denominación de origen en Laxe
Carballo
27 Sep 2013. Actualizado a las 07:00 h.
Nació en Madrid a mediados de los ochenta, se formó como cineasta en la prestigiosa Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) y ahora vive a caballo entre Barcelona y la capital de España, pero asegura que su alma, como la de su padre, es cien por ciento gallega. De Laxe, para ser exactos, el lugar al que se escapa cuando necesita deshacerse del estrés y al que está deseando volver porque dice sentirse «agotado». No es para menos, porque el joven editor de cine Antonio Gómez-Pan Rodríguez no para. Acaba de volver del festival de San Sebastián, donde junto con el director Hammudi Al-Rahmoun Font presentó Otel.lo, y a mediados del próximo mes viajará a Sitges para participar, con Hooked up, en el prestigioso festival de cine fantástico. Y todo ello después de haber triunfado en numerosas citas cinematográficas de todo el mundo, incluida la de Sundance, donde el corto que montó con sus compañeros de promoción, Mi amigo invisible, fue, en el 2012, uno de los pocos seleccionados para el prestigioso festival norteamericano.
En San Sebastián, cuenta entusiasmado, Otel.lo, una película que se rodó en solo tres días y que Gómez-Pan montó en siete intensísimos meses, participó en la sección Made in Spain, codeándose con los trabajos de grandes directores, como Pedro Almodóvar (Los amantes pasajeros), Isabel Coixet (Ayer no termina nunca), Daniel Calparsoro (Invasor) o Gracia Querejeta, cuya cinta 15 años y un día ha sido escogida por la Academia del Cine para representar a España en los Oscar. «Ha sido alucinante que nos eligiesen para esa sección, en la que se incluyen las mejores once películas del año y es increíble la buena acogida que está teniendo Otel.lo», cuenta Antonio Gómez-Pan, quien confesaba hace un tiempo que el montaje de la cinta había sido como «un máster intensivo».
El joven cineasta, que en la actualidad compagina las películas y cortos con la publicidad -trabaja en la prestigiosa productora Garage Films- confiesa que se siente un privilegiado por poder trabajar en lo que realmente le gusta y para lo que se ha formado. «Trabajar con amigos y con gente que persigue lo mismo que tú es una gozada», explica, aunque es realista y advierte que «la situación actual del cine es muy mala, porque el IVA, la impunidad de las descargas ilegales y, porque no decirlo, el poco atractivo de la gran mayoría de las películas que llegan a las salas convencionales, no auguran nada bueno».
Además, se lamenta, la suya es una profesión «en la que sigue primando el colegueo» sobre el currículo. «Y eso hace que siempre se repartan los mismos el poco pastel que hay, independientemente de si han sufrido un batacazo en taquilla. Al final, en el cine, los jóvenes no podemos optar más que a trabajos mal remunerados, y eso si tienes la suerte de que te paguen algo», explica. No obstante, Antonio Gómez-Pan no parece ser de los que se rinden y sigue apasionado por una profesión por la que apuesta a diario. Igual que el director Pablo Larcuen, con quien trabajó en Elefante y Mi amigo invisible y repite ahora en Hooked Up, una película que podrá verse en Sitges y que tiene la peculiaridad de haber sido rodada con un iphone. Los resultados, dicen los entendidos, son sorprendentes: un filme de terror claustrofóbico y malsano, donde dos amigos verán como una noche de ligue en Barcelona se convertirá en una pesadilla sin salida. «Es la primera peli íntegramente rodada con un teléfono y la estrenaremos en la sección oficial del festival, así que entraremos en competición», explica Antonio, que se muestra exultante porque el famoso director Jaume Collet-Serra, que ha triunfado en Hollywood con títulos como La casa de cera, La huérfana o Sin identidad, ha comprado la historia de Hooked Up. «Puede ser un padrino estupendo para nuestros trabajos», dice feliz.
Además, Gómez-Pan está inmerso en el montaje del corto Mind your own bussiness, un relato de Boris Vian, que produce el famoso cineasta francés Michel Gondry. Es decir, que no para y tampoco tiene ganas de hacerlo, porque, como insiste, trabaja en lo que realmente le gusta. Y eso que se confiesa «agotado» y no rechazaría «una semana entera solo para dormir». Deberá esperar hasta después de Sitges. Ojalá tengan suerte.