La Voz de Galicia

De Erbecedo a Ulán Bator, en Mongolia

Carballo

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Alfonso Xavier Canosa, en las afueras de Ulán Bator, en cuya universidad imparte clases de inglés.

15 Oct 2013. Actualizado a las 07:00 h.

Poco suenan los ecos de Ulán Bator, la capital de Mongolia, por estos lares. Los más aplicados la recordarán de séptimo de EGB, cuando se aprendían las capilares del mundo. Otros la asociarán con el poderoso Gengis Kan, que unificaba las etnias mongoles cuando aquí se construían las capillas románicas. Eran otros tiempos.

Ulán Bator, efectivamente, es un lugar remoto y exótico. Tiene un millón de habitantes, más o menos un tercio del total de Mongolia, de la que es capital. Un país enorme, seis veces España, perdido en los confines de Asia, entre Siberia, por el norte, y China, al sur.

Hasta esas latitudes y longitudes se ha ido a trabajar Alfonso Xavier Canosa Rodríguez, un filólogo de Soutullo (Erbecedo-Coristanco). A la Mongolia International University, donde impartirá los próximos meses (llegó a finales de septiembre) lingüística y literatura inglesa. Llama la atención este destino, pero no para quien conozca las destrezas idiomáticas de Canosa y los años que lleva preparándose y con contactos internacionales. Hoy, el mundo universitario es muy pequeño para las personas que tienen un gran currículo, y que además aceptan cruzar medio mundo.

Trabajar en Mongolia es una extraordinaria experiencia profesional, pero, sin duda, también vital. Todo es distinto, nuevo, llamativo. También el alumnado, una mezcla de mongoles, coreanos o rusos. Y el día a día. Comenzó en un hotel, ahora está en una habitación y pasó un fin de semana en un ger, la casa típica mongola, que en realidad es una tienda, «moi confortable». Con cocina de hierro en el centro, que calienta toda la estancia. Hay que ir a buscar el agua a un punto de abastecimiento, y también la leña para la cocina. Una cuerda en el pilar central, posiblemente de crines de caballo, sirve para que toda la familia se agarre a ella cuando hay tormenta o el viento sopla muy fuerte.

Pero, más allá de estas estancias típicas que se mantienen, Ulán Bator es un enclave urbano que se desarrolla poco a poco, «está en obras e están traballando ben, ten barrios como na Coruña». Vive en las afueras y le recuerda a una especie de Os Mallos, aunque con edificios más antiguos y descuidados. No obstante, y para tranquilidad de amigos y familias, asegura que está bien, contento, con gente «moi amable e acolledora». En general, le parece una ciudad «fermosa».

Tampoco le disgusta la comida: «É boa, teñen moita carne e moito leite. Bebín leite de egua magro e fermentado, moi forte, e leite de camella. Cómese moita carne de cabalo, año e ovella, de gran calidade», explica, porque los animales viven en libertad y comen a su aire en el campo.

En cuanto a la Universidad, le recuerda más a un centro tipo Escola de Idiomas que a la facultad de Filología compostelana en la que él estudió. El centro está en expansión, ampliando contactos.

Canosa, una persona humilde en exceso a la que no le gusta nada hablar de sí mismo y le saca mérito a lo que ha ido consiguiendo, es el creado de la primera página web en gallego de la historia, que elaboró en 1994, en la Universidad de Aberyswith, durante un curso de tecnología aplicada a la información. Queda poco para cumplirse el 20 aniversario. Fue además un visionario cuando la red estaba en pañales: sabía hacia donde iría Internet, contaba hace poco un buen amigo suyo.

El filólogo da clases en la Universidad Internacional

de Mongolia

El coristanqués lleva poco más de un mes en la pequeña

ciudad asiática

Canosa creó en Gales la primera web en gallego hace casi 20 años


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