El Efecto Pasillo se hizo largo
Carballo
El grupo canario tiró de éxitos ajenos para levantar al público carballés
27 Jun 2014. Actualizado a las 07:00 h.
En Carballo, uno siente que, desde hace años, a las fiestas de San Xoán le falta un cabeza de cartel potente que deje al público con la boca abierta. El último, para muchos, fue el 25 de junio de 2009, cuando Pablo Padín, un Freddie Mercury resucitado, anunció la muerte de Michael Jackson en la recta final del concierto de Dios Salve a la Reina, la mejor banda de tributo a Queen del mundo, tal y como demostraron en la Praza do Concello.
Justo cinco años después, Efecto Pasillo tuvo que cumplir con la papeleta como actuación principal de las fiestas patronales en una plaza abarrotada. A la banda canaria le sobran ganas, desparpajo y simpatía sobre el escenario. Y además, sus estribillos se contagian con facilidad. Arrancaron con pocos minutos de retraso, que siempre se agradece, y soltaron pronto uno de sus grandes éxitos, No importa que llueva. Hubo guiño incluido a Galicia, ya que Iván Torres, el cantante, le dio una vuelta al estribillo con un aplaudido Se chove, que chova. El concierto siguió creciendo con Hecho con tus sueños, que sonó mucho durante la Navidad en un anuncio de turrón, y Me sabe bien, tema de la banda sonora de la película Pancho, el perro millonario. Tras un par de temas en acústico y la fusión de Funketón, momento en el que invitaron a subir a cuatro personas del público al escenario para seguir la coreografía, el concierto llegó a un punto algo confuso. En vez de tirar de repertorio propio, Efecto Pasillo giró hacia la verbena y la música discotequera tirando de éxitos del momento para mantener vivo el ambiente. De repente, en el palco sonaban temas de Pitbull o Enrique Iglesias. La gente se animó, sí, pero para eso bastaba con traer a una discoteca móvil.
A los canarios aún le quedaban dos balas en la recámara, que se guardaron para los bises. Después de las presentaciones y agradecimientos, sonaron Pan y mantequilla y Buscando una luz. Con ellos maquillaron un concierto que, de nuevo, no dejó al público carballés con la boca abierta. Y eso es poco para el San Xoán.