«La labor del sector de los residuos es discreta, pero esencial en este momento»
Carballo
ECOVOZ 2020 | ENTREVISTA | Garantizar la protección de los trabajadores y la operatividad del proceso son las máximas ante el covid, indica Javier Domínguez Lino, presidente de Sogama
18 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.
«Con mucho rigor, cautela y responsabilidad. También con serenidad y prudencia». En líneas generales, así explica el presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, como han abordado desde el organismo público la crisis del covid-19. «Se trataba -añade- de una situación excepcional, con un alcance imprevisible y desconocido y cuando no conoces al enemigo que tienes es mucho más difícil librar una batalla». Por ello subraya Domínguez: «Creo que hemos conseguido mantener, en unas circunstancias sin precedentes, una buena gestión empresarial que nos ha permitido, sobre todo, dar continuidad a nuestra actividad con absolutas garantías, tanto desde el punto de industrial como del de la protección de la salud y del servicio público».
-En marzo se publicó el primer estado de alarma. ¿Cómo se han ido adaptando?
-Cada día era un nuevo reto. Por el desconocimiento y por la poca consistencia de las instrucciones que recibíamos del Gobierno central, que delegaba la responsabilidad de la gestión de los residuos en los ayuntamientos. Estos, por su parte, ignoraban qué tenían que hacer y cómo podían hacerlo, especialmente respecto al tratamiento de los residuos procedentes de viviendas con enfermedades del covid-19. La recogida y tratamiento de desechos constituye un servicio esencial y, bajo ningún concepto, podíamos permitir que Sogama fallase en la logística, el transporte y el tratamiento final de la basura ya que, a los efectos devastadores de la pandemia, añadiríamos otros problemas si se dejasen los residuos sin recoger. La labor del sector de los residuos es discreta y silenciosa. Y, sobre todo, poco reconocida y esencial en estos momentos.
-Y las incidencias, ¿cómo las han gestionado?
-Hubo momentos de gran tensión, especialmente, los 15 primerios días. Nuestra prioridad principal era proteger la salud de nuestros trabajadores, más de 500 de forma directa y otros 500 indirectos. Para ello necesitábamos elementos de protección, los EPI correspondientes. Cuando se declaró el estado de alama contábamos con un stock prudencial, pero no sabíamos durante cuánto tiempo se extendería esta situación. Nos peleamos en el mercado, muy competitivo, para conseguir los equipos de protección individual que se necesitan en una planta de residuos. En la misma ya hay un riesgo biológico, así que debemos cumplir unos determinados estándares técnicos. Asimismo, también tuvimos algún problema con suministros críticos de nuestra caldera. La gestión fue complicada, pero logramos solventar las incidencias en plazo y no tuvimos ningún problema, ni de EPI ni de suministro.
-¿Y ya se han acoplado a la nueva situación?
-Hemos reforzado el plan de prevención e incorporamos las lógicas medidas para protegernos todos los empleados, pero hemos seguido trabajando con normalidad. La pasada semana ya publicamos varias licitaciones por un importe superior a 5,1 millones de euros. Por tanto, intentamos que, tras este paréntesis, nuestro día a día sea semejante al que desarrollábamos antes.
«La contribución al reciclaje en la bolsa amarilla se incrementó en un 25% »
La crisis del coronavirus también ha provocado cambios en la generación de residuos.
-¿Qué análisis han hecho?
-La primera semana de confinamiento detectamos una ligera reducción, pero la segunda registramos un considerable aumento de la basura recibida aquí en Sogama. Si comparamos los meses de marzo y abril de este año con los del 2019, la generación de residuos se incrementó en un 2,5%. La buena noticia es que la contribución al reciclaje en la bolsa amarilla se incrementó un 25%.
-El Sergas echó mano de Sogama para tratar los residuos sanitarios de bajo riesgo. ¿Cómo se están ejecutando esos trabajos?
-En un tiempo récord redactamos un proyecto de adaptación técnica y habilitamos una instalación para los residuos sanitarios de bajo riesgo, sobre todo, para los guantes, buzos, mascarillas y asimilables que se estaban produciendo en los hospitales. Esta infraestructura se desarrolla de forma independiente a la gestión de residuos urbanos normales. Incluso contratamos personal externo que no comparte zonas comunes con los trabajadores habituales. Desde el 21 de abril hemos tratado más de 55 toneladas de estas características. Hemos dejado la etapa más dura del covid, así que creo que, antes de que acabe este mes, dejaremos de ofrecer este proceso.