La Voz de Galicia

Antonio, El Tano: «Maradona nos bailó a todos»

Carballo

antón lestón carballo / la voz Exjugador de San Lorenzo, Red Star, Estudiantes, Salamanca, Huracán y Gimnasia

Nació en Rebordelo (Cabana de Bergantiños), pero fue en Buenos Aires en donde se convirtió en uno de los grandes «enganches» de Argentina durante los setenta. Fue ex jugador de San Lorenzo, Red Star, Estudiantes, Salamanca, Huracán y Gimnasia

22 Aug 2022. Actualizado a las 17:40 h.

Quizás pocos lo saben, pero un hombre nacido en Rebordelo, con casa en Neaño (Cabana de Bergantiños), jugó contra el mismísimo Diego Armando Maradona. No solo eso, sino que se convirtió en uno de los más talentosos jugadores que había en la primera división argentina a finales de los sesenta y comienzos de los setenta. Como tantos otras familias, la de Antonio García Ameijenda (Rebordelo, 1948), emigró al barrio de San Telmo (Buenos Aires), cuando él tenía seis meses. Empezó a jugar en la calle y allí le pusieron el apodo con el que lo sigue conociendo cualquier amante del fútbol local, el Tano. «Decían que parecía italiano por ser rubio, se debían pensar que aquí no los había», bromea mientras especifica lo que le aportó empezar a jugar en su barrio: «Pasábamos ocho horas cada día esquivando todo lo que por allí había y decían que yo era el mejor». Así que pronto se fijaron en él.

Llegó a las inferiores de San Lorenzo de Almagro, el club más importante de su carrera. Debutó con solo 17 años en un amistoso, aunque su primer partido oficial fue ante el River Plate del Loco Gatti. «Aquel era un equipo bárbaro» recuerda sobre la plantilla que le acompañó durante casi una década en la que ganaron cuatro campeonatos nacionales y varios torneos menores formando una de las mejores generaciones de uno de los grandes clubes de la historia de Argentina. Dos de sus compañeros son aun muy recordado en España, sobre todo entre los aficionados al Atlético de Madrid y al Salamanca: el Ratón Ayala y Jorge D'Alessandro.

Durante la década de los setenta pasó también por el Red Star de París, Estudiantes de la Plata, Salamanca, Huracán o Gimnasia de la Plata, en donde se le recuerda por haber coprotagonizado el gol más rápido de la historia del fútbol argentino, cuando asistió a Seppaquercia para que anotara a los cinco segundos ante Huracán.

Ameijenda era uno de esos jugadores en peligro de extinción. Un enganche, o un diez como le gusta decir a él, rebosante de calidad y con gol. Nunca entendió que el físico y la táctica fuese más importante que el entendimiento con la pelota. «En España, aquellos años, aplaudían al que corría aun sabiendo que el balón iba fuera, yo no lo entendía», cuenta. «Allí eramos muchos extranjeros y yo creo que eso le vino muy bien al fútbol español para crecer como creció», explica el argentino, que se nacionalizó ante la petición del técnico de la sub 20, que lo convocó para un sudamericano que acabaron venciendo con él de titular gracias a una moneda al aire luego del empate ante Paraguay. Allí habían vencido a una Brasil que ya contaba con Ze Carlos, Leónidas o Gerson en sus filas.

Partido contra Maradona

No obstante, se enfrentó a alguno mejor, un tal Diego Armando Maradona. «Estaba con la selección juvenil de Menotti y vinieron a un amistoso contra Huracán», rememora antes de hacer un silencio. «Una cosa de otro mundo, nos bailó a todos y no había forma de pararlo porque hasta esquivaba las patadas con una velocidad que no alcanzábamos ni a verlo», comenta todavía fascinado. Un Diego al que apunto estuvo de dirigir en Boca Juniors, pues se retiró unos meses antes de que el Tano llegase al cuerpo técnico. Fue entonces cuando se enamoró de La Bombonera: «Vivo a veinte cuadras del estadio y cuando la gente salta mi casa tiembla», y tuvo a un incipiente Riquelme al que ya le veía el potencial que acabó demostrando: «El mejor jugador de la historia de Boca», indica.

Una admiración que mantiene con Leo Messi, al que no quiere comparar con el Pelusa por tratarse de épocas distintas. Sí se moja en cambio, con quién quiere que gane el Mundial: «Yo soy argentino y quiero que lo ganen, pero la primera vez que oí cantar a Juanito Valderrama en el programa de televisión Cantares, cuando estaba en Salamanca, sentí que tenía sangre española». En aquella etapa, entre 1975 y 1978, llegó a visitar Neaño, al que identificó inmediatamente por mantenerse tal cual como aparecía en las fotos que le enseñaba su madre de la década de los cuarenta. «Me volvió loco, parecía que hasta seguían allí los mismos animales en sus casetas», dice con cariño.

En detalle

Costa da Morte. Nació en Cabana de Bergantiños, pero se marchó con solo seis meses.

Gol más rápido. Dio la asistencia del gol más rápido de la historia del fútbol argentino

San Lorenzo. Ídolo de una de las épocas más gloriosas.


Comentar