La Voz de Galicia

Las romerías afrontan el reto de actualizarse sin perder arraigo local

Carballo

PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

Caión acogió ayer el arranque del proyecto «Nove Mares», impulsado por la Fundación Pondal con la financiación del Galp Costa da Morte

25 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Mavi Lezcano, profesora de patrimonio cultural en la facultad de Turismo de la Universidade de A Coruña, portaba ayer un «pano de Marrocos» que, como ella dijo, «tivo moitas vidas, terá máis, e a ver que pasa na seguinte». Fue tapete en casa de su abuela, moda que acompañó sus tiempos de discoteca y, ahora, protector de frío. La prenda le sirvió para ejemplificar las vidas cíclicas que pueden tener las romerías de mar, asunto que centró el primer foro Espazo Xerador de Cultura del proyecto Nove Mares, iniciativa de la Fundación Eduardo Pondal financiada por el Galp Costa da Morte.  

Desde A Laracha hasta Muxía, de forma pionera en la concepción «global», la idea es poner en valor, dinamizar y buscar oportunidades en la «cultura do mar», escuchándolo, y ayer en Caión, punto de arranque de estos encuentros, el mar lucía verdaderamente falador. A modo de red, se trata de procurar ideas para «mellorar». Cualquier iniciativa a poner en marcha en cuanto a las romerías —ya sea la unión a la hora de reivindicarse y presentarse en conjunto; el impulso de propuestas escolares para que la generación del futuro sienta propios y con orgullo estos encuentros; la recogida de memoria oral de los mayores, o la extensión del impacto de la romería a más allá de un día— ha de pasar necesariamente, y así se dijo, por «escoitar á poboación local».

BASILIO BELLO
  

Es un antídoto para que no acaben las romerías adulteradas y convertidas en un mero «decorado» o «espectáculo», apuntó el director do Museo do Pobo Galego, Manuel Vilar: «Non hai éxito sen coñecer o local». Y ahí estuvieron palabras como las del veterano Evaristo Lareo, recordando a quienes, a finales de los 50, llegaban al entorno del santuario de Os Milagres de Caión y dejaban en O Outeiro «pedras de a quilo». Y ahí estuvo Esteban Blanco, de Arume, contando cómo hace dos años, siguiendo la idea del mar como vehículo, impulsaron por el Carmen una danza acorde a los tiempos, con hombres y mujeres, que ha tenido gran acogida.

BASILIO BELLO

Transmitir un legado que está vivo, «sexa por relixión ou non», no tener miedo a la evolución porque las tradiciones siempre tienen un punto de inicio y son «produto dun tempo», en palabras de Vilar, y no pensar en el turismo como la panacea —tampoco caer en la «turismofobia»— fueron ideas de Lezcano para que estas «romarías dos nove mares» sigan estando «vivas», como las ve. Más incluso que San Andrés de Teixido, centro de su tesis y base del proyecto comunitario Eu fun de vivo, a cargo de quien fue su alumno, Sergio Muíño, y que ella expuso. Población joven y local puede tener una llave de «esperanza» para la supervivencia de tradiciones que también debe ir ligada a la «diversión». Pero esa remuda lógica debe tener un sustento y ser responsable: «A tradición é mirar para atrás, pero para que nos dea forza para mirar cara adiante», expuso el director del Museo do Pobo. Ha cambiado la forma de trabajar el mar y de socializar, y esa actualización ha de tener cabida en unas romerías de precisa intergeneracionalidad definidas como «irmandade colectiva», «soporte de unidade», «marca de territorio»: «Cómpre explicar as festas e aprender o valor que teñen para a comunidade». Ya en el XIX Emilia Pardo Bazán alertaba de la pérdida de tradiciones festivas, de la sustitución de bailes o prendas por otras nuevas, pero ahí siguen, de otra forma. 

«Promovemos cultura e un xeito interesante de promovela é o mar», afirmó el gerente de la Fundación Pondal, Xosé María Varela, que emplazó a los asistentes —representantes municipales, con el alcalde larachés a la cabeza, sociales, culturales, de cofradías, técnicos...— a la segunda parte de este foro, para conclusiones, el sábado en O Couto.


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