La artesanía conquista Buño con tesoros de barro

Sigue hoy • En la tranquila plaza contigua a la iglesia de Buño, se desarrollaba ayer una jornada de vibrante creatividad y tradición, parte de la 39. ª Mostra da Olería de Buño. Nada más llegar, los visitantes eran recibidos por la alegre actividad del obradoiro infantil. En torno a varias mesas, niños de todas las edades modelaban figuras con sus propias manos. Tacitas y vasijas decoradas con estrellas y corazones son algunas de las creaciones que emergieron de su imaginación, mientras las encargadas les guiaban y aconsejaban. La actividad tuvo tanto éxito que fue necesario instalar una mesa adicional para acomodar a todos los participantes, incluidos los padres, que, involucrados como niños, se sumaron a la experiencia.

La primera caseta de oleiros, O Falsete, destaca por su colorido en piezas de bisutería: pendientes, pulseras y anillos, además de una variada gama de menaje útil y decorativo. La oferta de Faya se centra en artículos de colección, con potes de queimada, tazas y ollas que, aunque antes se compraban por su utilidad, ahora decoran hogares con su encanto tradicional. En la caseta de Tonio, las formas clásicas se fusionan con innovaciones de color. Un ejemplo característico es un macetero de pared, con la tradicional forma de media vasija y un elegante acabado en tonos tierra.

Gorín, por su parte, ofrece menaje y vajilla que combinan el estilo clásico de Buño con nuevas formas y materiales. Cambón introduce la simbología celta en su artesanía, destacando los triskeles, árboles de la vida y espirales que adornan platos, fuentes, vasijas y colgantes, siendo su producto estrella el colgante con símbolos celtas. En Feituras, la ilustración es la protagonista, con obras inspiradas en Alicia en el País de las Maravillas, lo que da un toque único a sus piezas. La Cacharrera se enfoca en menaje decorativo, reflejando la tendencia de la olería hacia la estética más que la funcionalidad. O Rulo, finalmente, destaca por sus vasijas y platos decorados con ilustraciones geométricas y colores vibrantes.

En la carpa central se exponen las propuestas más originales, donde cada obradoiro muestra su distintivo estilo: desde las formas distorsionadas de Aparicio hasta las esculturas atrevidas de Risco Estudio, cada pieza es un testimonio de la rica tradición y creatividad de Buño. En el exterior, vecinos y turistas disfrutaban ayer de un día soleado, saboreando filloas preparadas por el coro local.