El Bergantiños acaba segundo

El municipal de O Morrazo no es precisamente uno de los campos fáciles de Tercera ni el Alondras un equipo sencillo de doblegar. A los rivales les cuesta un mundo sacar los partidos adelante. Es uno de los feudos en los que se ganan y se pierden ligas. Y el Bergantiños salió airoso ayer del trance. Lo hizo con el mono de trabajo, con oficio, sin florituras, sabiendo que eran tres puntos clave para cerrar el año, como mínimo, en segunda posición.

El Alondras-Bergantiños fue intenso, muy igualado, sin apenas ocasiones, que se decidió por el mayor acierto del cuadro rojillo, su profundidad de banquillo y la calidad de los de arriba.

Los de O Morrazo salieron a morder al medio campo bergantiñán, conocedores de la mayor calidad del rival a la hora de combinar y de trenzar transiciones rápidas en ataque. Poblaron el medio campo para evitar dar concesiones a los mediocampistas y delanteros del Bergantiños. Esa receta le funcionó al Alondras 38 minutos, tiempo que preció el Bergantiños en hacer el primero golpeó primero. Iago Blanco se aprovechó de una jugada hilvanada de todo el equipo. El balón llegó a los pies de Rubén Rivera, que regateó al portero Hortal y su disparo, rechazado, fue a los pies de Iago Blanco para marcar a placer. Este gol le dio tranquilidad al Bergantiños, que se dedicó a nadar y guardar la ropa. El Alondra, un equipo rocoso, apenas inquietó la meta defendida por Cristopher.

Tras la reanudación, el choque siguió por los mismo derroteros. Un Alondras bien plantado, pero inocente en ataque, y un Bergantiños que iba a lo suyo con el marcador a favor. Rubén Rivera tuvo una gran ocasión en el minuto 48, pero su lanzamiento salió desviado por poco de la meta de Hortal. El encuentro se jugaba en el medio campo y las defensas se imponían a los ataques, hasta que llegó la sentencia. Rodri culminó un servicio de Borja Facal tras un jugada magistral de Rubén Rivera. El gol local solo sirvió para maquillar un resultado que permite al Bergan seguir la estela del líder, el Compostela.

?Hortal; Varela (Óscar, min 66), Varo, Aram, Agujetas, Abel, Mauro, Champi (Pablo Salgueiro, min 88), Gabri, Iván Pérez (Diego Pérez, min 76) y Álex Rey.

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Cristopher; Borja Facal (Nacho, min 76), Josito, Baleato, Iago López, Toni, Rodri, Antas (Roberto Prieto, min 66), Rubén Rivera, Jorge Sáez e Iago Blanco (Granada, min 60).

Goles: 0-1, min 38: Iago Blanco se aprovecha de una jugada trazada por Rubén Rivera para remachar a la red. 0-2, min 75: Rodri, quien finalizó un servicio de Borja Facal tras una jugada de Rubén Rivera, con sombrero incluido a un defensa. 1-2, min 89: Abel, quien remató a la red una falta sacada por Mauro.

?Chema; Antonio, Beto, Angeriz, Juan (Suizo, min 58), Álex Sánchez, Adrián Castro, Kanoute (Rebolo, min 29), Taibo, Ángel y Patiño (Víctor Eimil, min 70).

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Javi Pita; López, David Buyo, Xusto, Antonio, Javi Varela, José Varela (Aron, min 85), Make (Diego, min 89), Álex Pérez (Pablo Vivero, min 75), Villares, y Rubén Gómez.

Goles: 0-1, min 9: Álex Pérez remata a bocajarro un pase de la muerte de Rubén Gómez; 0-2, min 24: José Varela culmina una rápida transición del cuadro lucense.

Miguel Figueira estuvo muy acertado en los cambios

Rubén Rivera, que ayer no marcó, resultó ser clave en el triunfo visitante. En sus botas se fabricaron los dos goles del triunfo de ayer

El entrenador del Bergantiños, Miguel Figueira, volvió a dar una lección táctica. Si hace un par de semanas sus cambios decantaron el triunfo para su equipo contra el Laracha, ayer sirvieron para hacer lo propio en Cangas. Metió a Granada de central (en sustitución de Iago Blanco). A Roberto Prieto por Pablo Antas y a un Nacho muy combativo por Borja Facal. Además, pasó a Roberto Baleato, el mejor del partido, de la defensa al medio campo. Ofreció un verdadero recital de juego. Fue contundente cuando el rival apretaba y fino en el pase.

Rubén Rivera, que ayer no marcó, resultó ser clave en el triunfo visitante. En sus botas se fabricaron los dos goles del triunfo de ayer.

Incidencia: Pobre entrada en el municipal de A Laracha, con apenas un centenar de aficionados.