El big-data, aliado para la agricultura de la eficiencia en la Costa de Morte
A Laracha
La Fundación Galicia Sustentable y Gradiant experimentarán en una finca de siete hectáreas situada en Montemaior, en el rural de A Laracha
16 Oct 2021. Actualizado a las 05:00 h.
El presente de la agricultura aún lo sostiene el sacho, pero es su futuro lo que preocupa en el rural, eterna e injustamente asociado a lo arcaico y que, sin embargo, detecta soluciones en la tecnología en busca de un horizonte más sostenible. En la parroquia de Montemaior, en A Laracha, la Fundación Galicia Sustentable asienta las bases de la primera finca experimental de la Costa da Morte, un proyecto que nació antes del confinamiento y, ahora, tras la mejora de la situación sanitaria, coge carrerilla de la mano del centro tecnológico Gradiant.
Este viernes, la iniciativa fue presentada de la mano de Marcos Pérez Gulín, al frente de la Fundación, y Fernando Jiménez, gerente de Gradiant. Gulín, que buscaba un espacio de experimentación para trasladar la modernización al campo gracias a la digitalización, encontró en el municipio larachés su punto de pruebas: siete hectáreas de terreno repartidas entre ocho parcelas, donde hay eucalipto, pero también especies autóctonas, pradería y espacios de cultivo.
«É moi probable que sexamos a última xeración que esté en disposición de revertir os impactos ambientais que fumos ocasionando ó planeta. Non é unicamente o tempo de divulgar, senón de pasar á acción», reivindicó. ¿Cómo? Primero, poniendo en valor las tierras, cedidas y que, en algunos casos, carecen de uso; por otro lado, abriendo al público la información que se irá obteniendo, de forma gradual, en base a una recogida masiva de datos en la finca, con sensores inteligentes.
Parece sencillo y, a la vez, no lo es, porque el proceso no invita a pensar a corto plazo. «É un ámbito de proba-erro, porque en moitos casos haberá parámetros de medición que serán iniciais, e logo irán incorporándose outros», expuso Jiménez. En este sentido, la intervención de Gradiant no es baladí, que aporta la parte digital del proyecto, con vistas a «crear un espazo de sustentabilidade en Galicia que, apoiándose na tecnoloxía, sexa unha palanca necesaria para poñer en valor os nosos recursos naturais».
Los datos, el fruto más preciado que se recogerá en la finca, serán a su vez una semilla: la que podrán plantar explotaciones ganaderas y particulares que tendrían acceso a las investigaciones realizadas para, en un futuro, poder aplicar mejoras en sus fincas. En definitiva, se persigue un sistema de conocimiento y difusión de tipología circular. «Os veciños están encantados, porque de aquí poderán saír medidas ou propostas que sexan aplicables a nivel autonómico ou incluso global», señaló el alcalde de A Laracha, José Manuel López Varela.
«O rural debe ser un lugar atractivo para vivir, e tamén onde subsistir economicamente»
Según los últimos datos del padrón municipal, en A Laracha hay más de 11.600 vecinos censados, 188 más que antes del inicio de la pandemia. Sin embargo, este aumento de residentes tiene matices, porque se dio especialmente en los núcleos urbanos del concello, no en las parroquias del rural. «Desde as administracións debemos tomar as medidas oportunas para sexa atractivo para vivir, e tamén para subsistir economicamente», declaró el alcalde de A Laracha.
En este sentido, el regidor local agradeció que el municipio bergantiñán fuese escogido para la puesta en marcha del proyecto, y valoró la diversidad de la finca, por la multitud de especies existentes. «Os terreos teñen unhas características impresionantes, e recollen distintas variedades do noso rural. Desde o momento que se presentou a idea, puxemos moitas esperanzas nela», afirmó López Varela.
Que la actividad en las parcelas también implicará a los vecinos de la comarca lo explica la realidad actual de la finca. Juan Manuel, el propietario de una granja cercana, en O Igrexario, atiende los terrenos que aún no están trabajados. «A explotación aínda non podemos abarcala toda de golpe. É un campo de probas e teremos que agardar un pouco máis, adecentala», comentó Marcos Pérez Gulín, de Galicia Sustentable. La búsqueda de financiación, en todo caso, no se detiene. «Hai unha grande oportunidades cos fondos Next Generation, porque coincidimos cos obxectivos e filosofía destas convocatorias», agregó Pérez Gulín.
De los sensores inteligentes al almacenamiento en la nube
Fernando Jiménez, gerente de Gradiant, enumeró varias de las claves sobre el soporte tecnológico que el centro TIC, con sede en el campus universitario de Vigo, brindará al proyecto de Galicia Sustentable. «Nós axudamos a madurar as tecnoloxías para que sexan asumibles pola industria, aportando á mellora da competitividade das empresas galegas. E non hai moitas cousas máis vencelladas ó noso ADN que o ámbito do rural», expuso.
En el programa, además, participan investigadores formados en otras dos universidades gallegas, las de A Coruña y Santiago de Compostela. No se trata, sin embargo, de un convenio institucional, sino de la integración de estos especialistas en los diversos proyectos que se barajan desde la Fundación en la finca larachesa.
¿Cuál es el primer objetivo de esta finca inteligente?
«Queremos analizar o que está pasando no rural para, a continuación, saber como actuar», expuso Fernando Jiménez, de Gradiant. Es decir, el uso de los sensores inteligentes será la vía para saber qué cambios está sufriendo el terreno o los cultivos en determinadas épocas del año: por ejemplo, el impacto de las heladas o los días de más calor sobre plantaciones poco acostumbradas a escenario climáticos más extremos.
¿Qué dispositivos se emplearán para la recogida de datos?
Además de los sensores inteligentes, de temperatura, precipitaciones y demás, también se instalarán cámaras de alta resolución que acompañen, en formato audiovisual, la toma de datos.
¿Qué se pretende con la recogida masiva de datos en la finca?
«Temos moita información, pero tendemos a extraer pouca intelixencia destes datos. O que queremos, en busca dunha maior competitividade do rural, é ser máis eficientes», detalla Jiménez. Y para lograrlo a nivel colectivo, se plantea que los datos sean abiertos tras ser almacenados en bruto en la nube, siendo accesibles a través de una API. «Xente doutras instalacións poderá conectarse con posterioridade para beber deste coñecemento», concretó Jiménez.
¿Cómo se mantendrá el sistema energético de la instalación?
El equipo que conforman la Fundación Galicia Sustentable y Gradiant contempla la puesta en marcha de un sistema de alimentación autónomo, basado en las energías solar —con placas repartidas por la explotación— y eólica.
¿Cómo se solventará la cuestión de la conexión para subir los datos?
De inicio, se contempla el uso de conexiones satelitales para paliar las posibles dificultades de cobertura en la zona. No es una cuestión menor, porque la recogida de datos y la conexión de las cámaras de seguimiento dependen de ello. Ya hay, al menos, cuatro dispositivos de vigilancia instalados en la explotación, controlados en remoto por el personal de investigación.