Guardias civiles de Camariñas instalan un banco turístico y les roban las herramientas
Camariñas
La construcción de madera corona Punta Corveiro, en Xaviña, con espectaculares vistas
01 Jul 2022. Actualizado a las 00:38 h.
Los bancos turísticos se han vuelto un reclamo para dar a conocer parajes singulares. En la Costa da Morte esta moda encuentra varios ejemplos, siendo uno de los más recientes el llamado Os Picotiños, en Canduas, Cabana. Pero desde el pasado día 21, coincidiendo con el arranque del verano, cuenta con uno más en Xaviña, Camariñas, que no pasa desapercibido ya no solo por sus espectaculares vistas al Cabo Vilán, el Cemiterio dos Ingleses y la duna rampante de Monte Branco, de las más altas de Europa, sino por la historia que guarda detrás.
Eduardo Hernández, conocido como Edu, es el artífice de este asiento que, sin lugar a dudas, por su ubicación, tiene el éxito asegurado siempre y cuando los vándalos no acaben con él, algo que, por desgracia, sucede con demasiada frecuencia. Esto último es algo que, en cuestión de días, el propulsor de la idea y los compañeros que le han ayudado en esta aventura han podido comprobar en cierto modo.
Se trata de tres agentes del puesto de la Guardia Civil en la localidad camariñana. Edu se confiesa como un enamorado de la villa del encaixe. Pertenece al cuerpo desde hace treinta años, de los cuales la mitad, los quince últimos, los ha pasado en este rincón de la comarca de Soneira. En realidad, ya conoció Camariñas antes, pues de allí es su mujer, con la que ha formado una familia. Se quedó literalmente prendado de las dos.
«Esta zona es muy bonita y es una pena que no se disfrute», explica el uniformado. Así fue cómo surgió el plan de subir un banco a Punta Corveiro, uno de los picos más altos del concello, señala Manuel Ángel Suárez, conocido popularmente como O Chino, que fue el carpintero local de 35 años que construyó de forma totalmente desinteresada la pieza.
Edu, de 52, suele recorrer el lugar casi a diario, bien sea caminando o en bicicleta, por afición. Pero se encontró con que para acceder a cerca de una antigua caseta forestal, hoy en día semiderruida, el camino estaba «cubierto de toxos», comenta. Fue ahí cuando habló con la comunidad de montes de Xaviña para ver si se podía limpiar, una petición a la que los comuneros accedieron de repente. «Como reconocimiento, lo vi claro para el disfrute de todo el mundo, y me puse en contacto con el distrito forestal así como con un buen amigo, Manu», cuenta Hernández. En apenas una semana, el artesano ya tenía la creación hecha, con un lema grabado que se le pidió expresamente y que dice como sigue: «No digas nada, disfrútalo y déjalo estar». Algo que, como Edu traduce, viene a decir «no lo robes», aclara.
Dos compañeros del puesto se ofrecieron a ayudarlo a subir a pie el mueble. Antes, el agente más veterano de Camariñas le dio una mano de barniz para hacer más resistente la madera. La primera vez que ascendieron por el monte, no les dio tiempo a concluir los trabajos de instalación del banco, de modo que dejaron escondidas las herramientas. Pero en la jornada en la que regresaron, ya se habían quedado sin ellas para su asombro. Por si las moscas, lo han anclado fuertemente al terreno.
Lo cierto es que todo el mundo puso su grano de arena para que ahora Camariñas también tenga «el mejor banco del mundo», dice el agente, que ya tiene otras ideas en mente para poner en valor la belleza del paisaje. Y es que como él mismo relata, «esto también sirve para que la gente vea que no solo ponemos denuncias, sino que también nos integramos en el pueblo».
El atardecer en el faro Vilán será uno de los espectaculares momentos que vivirán todos los que se animen a ascender a Corveiro.