La Voz de Galicia

Haruna Chatani, japonesa en Camariñas: «El día que escuché música tradicional no pude dormir de la emoción»

Camariñas

PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ DE JAPÓN A CAMARIÑAS

Llegó hace solo mes y medio a la villa del encaixe para aprender español y acabó enamorada de la pandereta, del canto y el baile tradicional

28 May 2024. Actualizado a las 17:20 h.

Haruna Chatani dibuja en un papel la silueta de Japón y sitúa Osaka y Tokio. En medio, más cerca de Osaka que de Tokio, ubica la prefectura de Wakayama y en ella la ciudad de Hashimoto. «Vivo en un pueblo», comenta. Así explica de dónde procede para mostrar también el camino que hizo hasta el lugar al que llegó hace cosa de un mes y medio: Camariñas. En la villa del encaixe tiene previsto pasar un año y a ella arribó con un propósito: aprender español. Es un idioma que sumar a los cinco que ya sabe a sus 28 años: japonés, inglés, ugandés, camboyano e italiano. «Me gusta aprender idiomas», declara. En el 2023 había visitado Camariñas con su madre, tres días, por turismo: «Hace cinco años ella conoció a una persona que vive aquí, Óscar, del restaurante A Marina, y por eso vinimos. Me gustó mucho, le pregunté a Óscar si podía volver yo, y me dijo que sí. Ellos me han acogido aquí», comenta Haruna.

Llegó sin una sola noción de español y en mes y medio es capaz de comunicarse perfectamente, a lo cual, cree, le ayuda saber italiano. En realidad, está haciendo un 2x1, porque de paso se empapa del gallego. Lo incorpora a sus respuestas: «Pataca», por ejemplo. «Carallo» o «Ai, mi madre» también se le han pegado, pero lo dice riendo, afirmando que «poquito a poquito».

Chatani, en clase de panderetaANA GARCÍA

En Japón, Haruna estudió Educación y Arte. Su madre es profesora de piano y explica que desde pequeña creció rodeada de música. También ella toca el piano y la ocarina: «Tiene forma de flauta», precisa. Quizás por ese bagaje musical sintió lo que sintió la primera vez que escuchó música tradicional gallega: «Ese día no pude dormir en toda la noche de la emoción», confiesa.

Recuerda que fue al poco de llegar, hace cosa de un mes, y esa pulsión la llevó a querer formarse. Lo hace con la asociación O Cansorriño, en Camariñas, donde tiene como profesora a la malpicá —de Cerqueda— Icía Varela, emocionada con el empeño de su pupila. También lo hace con la agrupación Vaiche Boa, de Xaviña. Le gusta asimismo el baile y se atreve a entonar coplas en gallego. Maira Mouzo, vecina de Camariñas, fue quien la llevó por vez primera a las clases de O Cansorriño: «También me enseña gallego».

Haruna, con su profesora, Icía Varela ANA GARCÍA

Para hacerse más fácil esa inmersión, Chatani ha traducido al japonés coplas como Se pasares polo adro / o día do meu enterro / dill’a terra que non coma / a trenza do meu cabelo. Asegura que de aquí le gusta «casi todo». Excluye la cebolla o las pipas: «Cultura, música, comida, personas, me gusta todo». Mucha lluvia y un paisaje «diferente» acompañaron sus primeros pasos en español, que aprende con Silvia, «de Dor». Entre los nuevos idiomas y su afición a la música y baile tradicional también le queda tiempo, con un perfecto anfitrión como es A Marina, para internarse en los entresijos de la gastronomía local o para quedar con amigos, gallegos. Conoce el significado de morriña, lo equipara a «nostalgia», y la siente por su madre, pero no piensa en regresar a Japón por ahora: «Estoy divertida aquí».

Haruna Chatani, con sus compañeras de O Cansorriño ANA GARCÍA

Toda una experiencia, como lo fue su estancia de un año en Uganda, hace diez, o la de seis meses en Camboya. Entonces todavía era estudiante y acudió como voluntaria. Allí trabajaba con niños huérfanos: «Es muy bonito ayudar. Yo tampoco tengo padre desde hace 14 años. Él murió», detalla. La organización con la que colaboraba se encargada de «todo» lo que ella pudiese necesitar allí, y así ha ido sumando Haruna una mochila de vivencias a la que añadirá Camariñas. Ahora que parece que llega el sol y que en el horizonte se otea la celebración del Carmen, está convencida de que lo pasará en grande.


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