Francisco pedaleará 1.150 kilómetros desde Fisterra a Albacete: «Quiero que el recuerdo de mi niña vaya para regalar sonrisas a otros pequeños»

«A lo largo de la enfermedad se viven días duros y tristes, días de todo, pero todos suman y todos cuentan. El fin de semana que la Fundación Pequeño Deseo le dio la sorpresa a Carmen fue de alegría y felicidad, y eso te contagia, te anima a seguir y a buscar que otros tengan la misma recompensa». Francisco Correoso, natural de Higueruela, Albacete, perdió a su hija Carmen a causa de un cáncer. Su luz se apagó el 7 de septiembre del 2017, con 9 años, víctima de un tumor renal. Carmen soñaba con ser princesa y la Fundación Pequeño Deseo, con 24 años de trabajo para hacer realidad los deseos de niños y niñas con enfermedades graves y crónicas, le cumplió ese sueño. Ahora, Correoso quiere seguir esa cadena: «Que el recuerdo de mi niña vaya para regalar deseos a otros pequeños».

Es por eso que Correoso, de 48 años, iniciará esta medianoche, a las 00.00, en el faro de Fisterra, El Reto de Carmen: 1.150 kilómetros de trazado en bici, en una sola etapa, hasta su Higueruela natal, a donde estima llegar sobre las 20.00 del domingo. Allí prepararon un fin de semana maratoniano de actividades, y de esa parte se encargarán su esposa, Rosana, y su hijo Fran, de 13 años. Será para él el tercer reto de este tipo, el segundo con el ánimo de ayudar a Pequeño Deseo, ya que el primero se lo tomó para probarse: «En la anterior ocasión recaudamos 17.000 euros, una cantidad con la que no podemos iniciar un proyecto de investigación, pero sí seguir regalando sonrisas [se cumplió el sueño de 24 niños]». Fue en un puerto montañoso cerca de su hogar, también en bici: subió y bajó 100 veces, hasta alcanzar los 10.000 metros ascendidos: «Es mi compañera, mi psicóloga (...) Necesito la bicicleta para vivir. Soy muy nervioso». A nivel físico, será la primera vez que eche más de 24 horas sobre las dos ruedas. Estima unas 40: «Tengo los pelos de punta, pero estoy ilusionado (...) Los niños son el futuro», contaba ayer.

Con el faro de Fisterra, y por ahí viene la elección del inicio, tiene «una cuenta pendiente». Fue al llegar de unas vacaciones de Galicia, verano del 2016, que enfermó y falleció su padre. Poco después, llegó el diagnóstico de cáncer para su hija: «No es rencor ni mucho menos, pero quería volver, no quedarme con ese sabor amargo». Por su trabajo en parques eólicos, y por turismo, conoce bien la comunidad. Evidentemente, y además del fin benéfico, El Reto de Carmen tiene un fondo aún más humano: «¿Sabes qué intento? Hay un dicho que dice que nunca muere lo que no se olvida, y yo intento que mi hija esté siempre presente, que se le recuerde, mientras así sea va a estar con nosotros», explica. Un coche de apoyo y una autocaravana seguirán su camino, con seis compañeros que se irán turnando en bici para que Correoso nunca vaya solo.

Su mensaje para familias que pasan el trance de una enfermedad de este tipo: «Que nunca pierdan la esperanza, la noche es muy dura, pero sale el sol, siempre hay un rayo de esperanza». «Todas las bolitas están en el bombo, tarde o temprano nos toca, a nosotros, a un vecino, a un familiar, a un conocido», afirma, «realista»: «Todos los días mueren niños en el mundo, o son diagnosticados de cáncer, leucemia, enfermedades raras...». Se puede colaborar con El Reto de Carmen a través de la www.migranodearena.org, haciendo un Bizum al 33605 (con el mensaje El Reto de Carmen) o mediante una donación a la cuenta de Pequeño Deseo, especificando en el concepto, también, el Reto de Carmen): ES27 2100 0835 180201044861. ¡Ya no queda nada para el inicio!