La Voz de Galicia

Una cabanesa logra en Ourense el segundo premio en el prestigioso certamen Galiciencia

Ponteceso

Mar Gil /  T. Longueira

El jurado destacó su proyecto Espantallo 2.0 dentro de unos galardones a los que se presentaron un total de 75 iniciativas

19 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.

«Non o acabo de crer», relataba ayer una emocionada Natalia Fariña Mata, escasas horas después de alzarse con un más que meritorio segundo puesto en el prestigio certamen Galiciencia 2016, que se celebró, como cada año en la Tecnópole de Ourense.

La joven, residente en Canduas, cursa cuarto de la ESO en el CPI As Revoltas. Su proyecto, un espantapájaros electrónico, compitió con un total de 75 proyectos de investigación (50 en la sección competitiva), procedentes de numerosos centros educativos de toda Galicia. Acudió a la cita de la mano de las Aulas Científico Tecnolóxicas Isidro Parga Pondal, una iniciativa pionera de la Fundación Eduardo Pondal.

Solo el prototipo que permite ahorrar agua en el hogar, inventado por Manuel Porto, obtuvo una mejor puntuación que la lograda por la joven bergantiñana: «A verdade é que había moito nivel este ano. Non contaba con gañar, nin quedar segunda, nin nada. Fun ata Ourense para ver que pasaba», comentó Natalia Fariña Mata.

Su apuesta fue muy valorada por los jueces, que vieron en su Espantallo 2.0 un invento más que positivo: «A idea xurdiu ao comprobar que nos campos os espantallos tradicionais xa non fan o seu labor con eficacia». El modelo escogido es electrónico, tiene estructura piramidal, diseñada con un programa llamado SketchUp. La joven obtuvo como premios un smartwatch, un diploma y, lo más importante, su proyecto será expuesto en la próxima primavera en una feria sobre tecnología que se celebrará en Bilbao.

De los 75 proyectos presentados, el jurado ha reconocido el valor del trabajo presentado por Manuel Porto, del Compañía de María santiagués. Se trata de un dispositivo para garantizar una ducha de 5 minutos, evitando el despilfarro de agua. El prototipo cuenta los litros que emite el grifo y detiene el flujo al alcanzarse la cantidad suficiente. El invento de Manuel Porto ofrece información visual al usuario. Así, una luz led verde le indica que su consumo de agua es bajo; si comienza a elevarse se convierte en naranja y si roza el límite máximo recomendable, se enciende una luz roja y se conecta una alerta de sonido.

Mucho más complejo para el profano en física es el trabajo que ganó el tercer galardón: estudio del flujo de muones con respecto a su ángulo cenital de incidencia. Firma el trabajo Isabel Sainz, del instituto Rosalía de Castro, de Santiago. Partiendo de la construcción de un detector de partículas, estudió el flujo de rayos cósmicos, estableciendo varias comprobaciones y comparando los resultados con las medidas de otro detector de diferente construcción. El jurado, integrado por profesionales de la educación, la empresa y la investigación, ha otorgado otros tres premios por categorías. En la de mejor comunicación y presentación del expositor, el reconocimiento fue para un estudio sobre la biodiversidad del río Lagares, obra del colegio vigués Alborada.

Un chaleco que vibra con los sonidos ambientales para mejorar las percepciones de las personas sordas fue considerado proyecto más innovador. Finalmente, un sistema de análisis de la calidad del aceite usado para cocinar mediante espectrofotometría mereció el premio al mejor método científico y al proceso de investigación mejor definido.

Acudió a la cita de la mano de la Fundación

Eduardo Pondal de Ponteceso


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