El Lugo quiere poner el candado en Almería para frenar la sangría

En este último mes el Lugo ha encajado al menos un gol en todos sus partidos. A inicios de año, el Lugo nos dejaba perplejos ante la espectacular solidez defensiva, que hasta ese momento, lo convertían en una de las versiones menos goleadas de la historia del club en segunda, detrás de la segunda temporada de Quique Setién a bordo de la nave lucense. Ander Cantero peleaba con Manolo Reina y Diego López por el trofeo Zamora de la categoría, con una media de menos de un gol por partido y acumulando nueve partidos con la portería a cero. Incluso las lesiones de Luis Ruiz y Diego Alende, no frenaron la fortaleza defensiva del equipo dirigido por Mehdi Nafti.

Todo ello los colocaba a seis puntos del play off a principios de febrero, con la opción de reducir la distancia a un partido. Acariciando con las manos la entrada en una fiesta a la que parecía que no tenían el derecho a asistir, el Club Deportivo Lugo, resbaló. Y no fue la falta de gol la que provocó un bache de resultados, sino la pérdida, por determinados motivos, de la solidez defensiva del mes anterior. Los tres goles ante el Leganés fueron el resultado más abultado en contra de la era Nafti, un correctivo fruto de torpezas individuales y jugadas aisladas, que se fueron repitiendo casi en cada partido hasta la fecha. Ante el Espanyol, el Lugo compitió a su nivel habitual, contra el mejor ataque de la categoría, y encajó un gol, si, pero el partido parecía despejar las dudas generadas en Butarque. El Oviedo parecía un rival asequible, dada su pésima dinámica de resultados, y sobretodo, porque el Lugo demostró contra el Espanyol, que era capaz de competir contra cualquiera. Un penalti, un gol a balón parado y una contra con todo decidido, volvieron a preocupar a un equipo que parecía cía haber remontado el vuelo. Si bien contra el Logroñés no concedieron tanto atrás, el gol de Andy complicó un partido en el que partían de favoritos.

Son ocho goles en cinco partidos, en condiciones normales, un dato normal, pero el Lugo nos ha demostrado muchas veces esta temporada, que tiene una muralla en defensa. Su éxito reside en el trabajo coral de todo el equipo, que no escatima en esfuerzos para conseguir sus objetivos. De hecho esta es la peor racha de goles encajados con el entrenador francotunecino. Si analizamos los goles, es cierto que son en jugadas aisladas. Tres penaltis, un balón lateral, una falta directa, un contragolpe en la recta final... Motivos para seguir confiando, o más bien, para no preocuparse en exceso, aunque los números están indicando un pequeño bajón del equipo, que tras Almería, afronta una serie de partidos clave para la permanencia, con tres partidos en casa de los próximos cuatro: Fuenlabrada, Castellón y Sabadell. Todos ellos equipos que se encuentran cerca del Lugo, y especialmente los dos últimos, rivales directos para zanjar casi definitivamente la salvación.

Seguramente, el Almería es el rival menos indicado para intentar poner freno a una sangría, al ser el conjunto más goleador del campeonato con 38 dianas, mismas que el Espanyol, pero el conjunto albivermello es capaz de gestionar estas situaciones a la perfección, y se ha ganado el derecho a fallar y confiar en ellos.