Sofocos, disfunción sexual o alteraciones en el sueño: qué hacer ante los síntomas de la menopausia

La edad media a la que se presenta está entre los 45 y los 55 años. Es un proceso natural en la vida de cualquier mujer, aunque en esta etapa se incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, sequedad en piel y mucosas, aumento de peso e incontinencia urinaria.

En esta etapa, las mujeres pierden la capacidad de quedarse embarazadas y se enfrentan a diferentes cambios físicos y psicológicos derivados del déficit hormonal. Esto genera una amplia variedad de síntomas, que pueden durar desde unos meses a varios años y que afectan de forma diferente a cada mujer: mientras que en algunas son leves, en otras son muy intensos.

María Begoña Cid, especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital San Rafael de A Coruña, responde a algunas de las dudas más frecuentes sobre esta cuestión.

—Doctora, ¿cuáles son los síntomas más habituales durante la menopausia?

El 70 % de las mujeres presentarán sofocos, una sensación de calor intenso que comienza en la mitad superior del cuerpo. Pueden acompañarse de sudoración y, si se pierde demasiado calor corporal, de escalofríos. El ritmo cardíaco se acelera, y puede acompañarse de una sensación de ansiedad. Suelen persistir unos 7 años, aunque en algunos casos pueden durar más de 10.

Se van a experimentar una serie de cambios secundarios al déficit hormonal, como sequedad en la piel y mucosas, incluida la vaginal, así como un descenso en la libido. Estas alteraciones pueden condicionar una disfunción sexual, ya que al adelgazarse y perder elasticidad el epitelio vaginal, las relaciones pueden volverse dolorosas. En la esfera psicológica puede aparecer dificultar para conseguir un sueño reparador, alteraciones del humor, ansiedad…

—Doctora, ¿es necesario iniciar algún tipo de tratamiento?

La menopausia no requiere ningún tratamiento médico, ya que es una etapa natural de la vida, no una enfermedad. Sin embargo, en aquellas mujeres en las que los síntomas son importantes y afectan a su calidad de vida, se precisará un tratamiento farmacológico destinado a mitigar esa sintomatología climatérica.

A todas las mujeres, en esta etapa de la vida, se les recomienda hacer ejercicio aeróbico de forma regular, beber abundante agua, evitar el tabaco y el alcohol, vigilar la dieta, reduciendo la cantidad de grasas y sal, evitando los azúcares, y cumplir con las necesidades diarias de calcio (1500 mg/día, lo que corresponde a cuatro raciones de leche o derivados lácteos) y vitamina D.

—Doctora, ¿es recomendable la terapia hormonal sustitutiva?

La THS está indicada cuando los síntomas son molestos y alteran la calidad de vida. Consigue que los sofocos se reduzcan entre un 50 a un 100% en las primeras 4 semanas. Se debe emplear la dosis mínima eficaz y limitar la duración del tratamiento, dado que presenta efectos secundarios como incremento del riesgo de cáncer de mama, tromboembólico e ictus. Y puede ser perjudicial cuando se inicia por encima de los 65 años.

Cualquier paciente es candidata a recibir THS de forma preventiva, pero se debe individualizar cada caso y debe participar con el médico en la decisión de tratarse o no.

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