Las nietas más pequeñas de Zeus

Cuando, a principios de enero, Francisco Vázquez retomó la idea de hermanar A Coruña y Cádiz, ni él ni Teófila Martínez daban abasto para enumerar los lazos que unen a ambas ciudades: «Somos dos lenguados puestos a la orilla del mar», comparó entonces el primer teniente de alcalde gaditano, Enrique García Agulló, una apreciación clavada para describir el parecido físico entre ambas urbes. Las dos fueron fundadas, cuentan las crónicas mitológicas, por Hércules, y en las dos el hijo de Zeus enterró la cabeza de Gerión. Para deshacer el entuerto, el alcalde propuso en su moción de ayer una solución muy diplomática: «Quizás en ambas, pues sabido es que Gerión tenía el atributo de poseer varias cabezas». Las dos, ya en terreno de la Historia, fueron importante puertos romanos (Brigantium y Gades) y, en tiempos del Imperio español, se convirtieron en imprescindibles baluartes defensivos. Por esa razón, y las riquezas ganadas con el comercio americano (que ambas ciudades manejaban en régimen de monopolio) fueron asediadas por los ingleses. Primero le tocó el turno a Cádiz. Drake incendió varios barcos en su puerto en 1587 y sólo dos años después, intentaba tomar A Coruña. En 1596, Cádiz volvería a ser asediada, esta vez por el conde de Essex. También por ello, durante la Guerra de los Treinta años contra Francia y Holanda, las dos ciudades fueron atacadas. Todavía hoy, ambas ciudades conservan esos centenarios vestigios defensivos: San Antón y San Sebastián. Más paralelismos bélicos: las dos urbes fueron distinguidas con milicias urbanas, y de las dos partió la Armada española hacia sus dos mayores desastres, la Armada Invencible de A Coruña y la flota que perdió en Trafalgar de Cádiz. Muy Noble y Muy Leal Ambas urbes, que ostentan el título de «La Muy Noble y Muy Leal Ciudad», comparten además estrecheces (son los dos municipios más pequeños de España) y patrona, la Virgen del Rosario. «El carácter de gaditanos y coruñeses -dice la moción de Vázquez- hace frente a los duros vientos que baten nuestras costas y que no impiden a nuestros vecinos hacer de calles y plazas el centro de su vida social (...): Choqueiros coruñeses y comparsas gaditanas para hacer del carnaval la válvula de escape donde está permitido burlarse de lo divino y de lo humano, de la autoridad y del vecino, con una gracia inteligente y creativa que impide el conflicto que sólo genera lo impropio y lo soez».