Aparece un retrato de la mujer de Casares que se daba por perdido
A Coruña
21 Sep 2007. Actualizado a las 11:40 h.
A punto estuvo el retrato de ir a parar a un contenedor de la basura, pero una mano oportuna lo impidió. Fue la del presidente de la comunidad de vecinos de un inmueble de la calle Alfonso XII, junto al Retiro madrileño. El cuadro yacía olvidado en el sótano de esa finca desde la Guerra Civil. Durante unas obras realizadas hace unos años, la pintura volvió a ver la luz. Se trataba del retrato de una mujer. El vecino de la mano salvadora se empeñó en saber quién era ella. Supo que en esa casa de la calle Alfonso XII había vivido -cuando la vía se llamaba Alcalá Zamora- el coruñés Santiago Casares Quiroga, último presidente del Consejo de Ministros de la Segunda República, y su familia. A partir de este dato fue hilando información hasta llegar a una conclusión acertada: la mujer era Gloria Pérez, la esposa de Casares Quiroga.
El vecino contactó con Isabelo Herreros, profesor en la madrileña Universidad Complutense, escritor y presidente de la Asociación Manuel Azaña. «Es un retrato de gran tamaño, donde Gloria Pérez sale bellísima y muy elegante. Necesita una restauración. Nuestra intención es donarlo a la casa-museo Santiago Casares Quiroga de A Coruña», anunció ayer Herreros durante su visita a la ciudad herculina. Cuando se haga efectiva la entrega, el retrato, que actualmente se encuentra «en un domicilio particular en Madrid», volverá a su lugar original, según deduce el escritor. «Parece que es anterior a los años de la República, así que concluyo que fue colgado por primera vez en la casa de Panaderas». La obra está firmada por L. Marquina. «No sabemos mucho del autor, estamos buscando datos sobre él, pero se trata de una buena pintura».
La Gloria del cuadro falleció a los 52 años en París, víctima de un cáncer de estómago. En 1936, cuando comenzó la guerra, se había marchado a la capital francesa con su hija María, que después sería una actriz de renombre. En 1946, cinco meses después de la llegada de Casares de su exilio inglés, murió Gloria, que fue enterrada en el cementerio de Montparnasse.
Desnudos en la República
Isabelo Herreros no visitó ayer A Coruña para anunciar la donación del retrato, sino para presentar su libro Ocio y gastronomía en la República (Editorial Oberon). «Es una mirada distinta hacia aquellos años, que se suelen presentar como convulsos y violentos. En realidad, el país estaba entrando en la modernidad: no era ajeno al jazz, emergía el cine sonoro y es una etapa de desnudo en toda su plenitud, con un movimiento importante de sociedades nudistas». A la vanguardia «estaban las ciudades cosmopolitas, como Madrid, Barcelona o A Coruña, muy abierta al mundo».
A las casas llegaron las cocinas de gas, los frigoríficos y, casi, la televisión. «Salieron a concurso público, entre empresas privadas, seis estaciones de televisión. Hablamos de 1936. Al final, la televisión llegó veinte años después, controlada por el Estado y con censura», compara Herreros.