«La fotografía te da licencia para explorar». Esta frase pronunciada ayer por la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz (Waterbury, Connecticut, 1949) en la presentación de una exposición que recoge su universo esencial es toda una declaración de principios de una obra marcada por la búsqueda febril de rostros, escenas, instantes y paisajes con el objetivo de su cámara, que siempre la acompaña.
La muestra Annie Leibovitz: vida de una fotógrafa. 1990-2005
, organizada por la Comunidad de Madrid y que puede visitarse desde hoy y hasta el 6 de septiembre en la Sala de exposiciones Alcalá 31 de Madrid, ofrece una cuidada selección de la trayectoria artística y vital de la fotógrafa viva más importante y mejor pagada del mundo, a través de unas 200 imágenes. Una «auténtica revolucionaria de la fotografía», según Esperanza Aguirre, que la acompañó en el acto. La exposición, que la presidenta madrileña definió como «un autorretrato de la artista, quien no separa la vida de la fotografía», llega a la capital española tras su paso por otras ciudades como Nueva York, París, Londres o Berlín.
No podían faltar lógicamente sus famosos retratos de celebridades, que llevan más de 30 años acaparando las portadas de revistas tan importantes como Rolling Stone , Vanity Fair o Vogue . Desde el espléndido desnudo de Demi Moore, embarazada de su segunda hija, que abre la exposición, a otros de personajes tan relevantes como el bello Brad Pitt, el poderoso Arnold Schwarzenegger, el sensual y desafiante Mick Jagger, el mítico Michael Jordan, Jack Nicholson en Mulholland Drive, George W. Bush con su gabinete, Bill Clinton en el Despacho Oval o Nelson Mandela en Soweto. Ante la imagen del bailarín Mikhail Baryshnikov, que parece recrearse en el movimiento, Leibovitz dejó otra frase lapidaria: «Hacer fotos es como bailar».
Viajes, familia, amigos
Pero la exposición combina esta faceta más conocida con una visión más intima y personal de la autora de la impagable imagen de John Lennon desnudo y abrazado a Yoko Ono, en posición fetal, pocas horas antes de ser asesinado. Fotografías de sus viajes (del Sarajevo sitiado a El Cairo, pasando por Berlín o Kioto), sus amigos y su familia. Las conmovedoras de la muerte de su padre contrastan con las de los nacimientos de su tres hijas. Impactan las de los últimos momentos de su compañera Susan Sontag, a la que retrata en la desnudez de una enfermedad, el cáncer, que acabó con su vida en el 2004.
«Me encanta estar aquí, Madrid es un lugar mágico, como un París de nuestro siglo, debido a su inmensa creatividad cultural», afirmó Leibovitz. «Siempre que he venido he experimentado algo mágico. Para mí significa mucho estar otra vez aquí. Susan adoraba España y cuando venía no quería volver a casa», añadió y recordó los «buenos momentos» que pasó aquí junto a Almodóvar y Penélope Cruz.
Nombrada Leyenda Viviente por la Biblioteca del Congreso de EE.UU., elegida por la Smithsonian Magazine como uno de los 35 «innovadores de nuestro tiempo» y autora de las dos mejores portadas de revista de los últimos 40 años (La de Lennon y Ono y la Demi Moore), según la Sociedad Americana de Editores de Revistas, Leibovitz sigue siendo una apasionada de su trabajo y se declaró partidaria de los nuevos métodos de la fotografía digital.