La Voz de Galicia

Kafka en A Coruña

A Coruña

Laureano López Laureano López

25 Jan 2010. Actualizado a las 14:35 h.

Franz Kafka parió una obra inquietante y superlativa, y su vida y su literatura alumbraron un adjetivo: kafkiano (dicho de una situación absurda), que bien se puede aplicar a muchas de las cosas que suceden estos días en A Coruña. Tomaremos dos ejemplos: el párking del Parrote y la idea de refundar un consorcio metropolitano con la participación de A Coruña. Hay otros muchos, como las peculiares situaciones, quizás más marxistas (de Groucho) que kafkianas, consecuencia de las obras de la tercera ronda, cuya visión -hay tramos acabados por los que no circula nadie, porque no se puede- es también un punto Amenábar (recuerden Abre los ojos, con la Gran Vía madrileña desierta), por no hablar -para qué- de la ría de O Burgo -se acaba de adjudicar el enésimo estudio para sanearla- o, yendo al detalle, las viviendas de Tabacos, primero sin agua, ahora sin gas...

Pero centrémonos en dos de los asuntos que, junto a Millán Astray o el aeropuerto de Alvedro, han ocupado el tiempo de los políticos locales esta semana. El párking del Parrote lleva en obras 1.033 días, aunque en realidad de estos la mayoría los lleva de no-obras. El lugar por el que antes paseaban miles de coruñeses, y donde hacía su parada el tranvía turístico (¿alguien recuerda su estampa frente a las galerías?) ha sido hurtado literalmente a los ciudadanos. Donde antes había paseo y luego se planificó un párking -ahora vemos que bastante mal, por no decir peor- hay un agujero que nadie se atreve a tapar.

La Consellería de Cultura, la Dirección Xeral de Patrimonio, la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento (gobierno y oposición) han protagonizado estos días uno de los episodios más delirantes de los últimos tiempos, con lavados de manos y resbalones históricos como el del conselleiro de Cultura, quien públicamente reconoció que ni siquiera sabía que la cosa iba con él. Al menos sus declaraciones han servido para espabilar, si no las obras, sí las conciencias de quienes tendrían que ponerse las pilas, empezando por él mismo...

El segundo momento realmente kafkiano de la semana se vivió con la oferta del Consorcio das Mariñas para el ingreso de A Coruña, que en realidad es una oferta para que no ingrese. La metrópoli ve inaceptable la propuesta por motivos evidentes: no puede valer más la opinión de Abegondo, Sada y Carral, por muy valiosa y respetable que esta sea, que la de los 247.000 vecinos empadronados en A Coruña. Como ya hicieran con la ampliación de Alvedro, los alcaldes de Culleredo y de Oleiros intentan ¿alcanzar protagonismo? poniendo la zancadilla a la metrópoli. Resultado: la unión de la comarca es una quimera, y la solución de los mil y un problemas comunes de sus vecinos, otra.

Roberto Calasso dijo en su memorable K. que Franz Kafka era un hombre en bañador en una playa nudista. Y como los personajes de Kafka, como el Josef K. de El proceso, se deben sentir en ocasiones los coruñeses, sufriendo situaciones que ellos no han provocado, unas veces porque hay gobernantes a los que parece que no preocupan nada sus demandas, y otras por puro silencio administrativo de aquellos a quienes los ciudadanos han confiado sus votos.


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