La Voz de Galicia

Hernán González, barbero: «Soy sincero con mis clientes si piden lo que no les favorece»

A Coruña

Toni Silva Betanzos
Hernán González en su barbería

Este año ha abierto en Betanzos «Clásico y Canalla», una barbería con aire «vintage» donde las sesiones son «experiencias» sin la presión del reloj

12 Oct 2017. Actualizado a las 20:03 h.

 Para el pelo no hay solución definitiva. Está condenado a ocuparse del asunto una y otra vez. Así, esclavo del pelo, quién sabe, hasta reventar». El escritor bonaerense Alan Pauls narró así el inicio de su novela Historia del pelo, sobre una persona obsesionada por su cabello. Otro latinoamericano, Hernán González Durán (Caracas, 1974) también ha hecho del pelo su obsesión, pero sin cargas dramáticas. Este verano ha inaugurado su barbería Clásico y Canalla en el centro de Betanzos. Su local es un templo vintage de nostalgia americana desde el que Hernán ya avanza las tendencias capilares para los hombres a medio plazo. «El barbero que no esté puesto en la media melena lo lleva crudo».

-¿Por qué Clásico y Canalla?

-Además de ser un nombre simpático, resume los estilos que aquí hago, desde lo más clásico a lo más canalla, el caballero se distingue por muy clásico o por muy canalla, y aquí al que viene se le atiende por igual.

-¿No hay término medio?

-Lo hay, y abarco todo, estamos preparados para un amplio abanico de demandas. También soy especialista en el tratamiento de barbas, me he formado con profundidad en esa parcela.

-¿Dónde se formó?

-Estudié peluquería en Venezuela hace 20 años, trabajé un par de años y lo dejé. Luego me vine a Galicia y ahora que está resurgiendo el tema de la barbería intento buscarme un hueco en ese mercado. Para ello me preparé en la que para mí es la mejor academia de España. Está en Coruña, Formas Academy. Me dio la oportunidad de aprender de los mejores barberos del mundo a través de seminarios y cursos organizado por esta academia.

-Y usted es un híbrido de todos ellos.

-Sí, puedo decir que he visto a los mejores, así que he sacado lecciones importantes.

-¿Y le gustaría pasar a la historia por alguna innovación como las cinco puntas de Vidal Sasoon?

-De momento, me gusta el tema de la vieja escuela, los cortes de los años 50. Me gusta mucho usar las tijeras, hay un déficit de tijera. Con todos los respetos a mis compañeros del gremio, ahora cualquiera abre una barbería porque con la máquina son estupendos, pero algunos ya no tienen experiencia en los acabados. En breve tengo un curso con Rafael Cañero, uno de los referentes en España del corte clásico con tijera, de la old school.

-¿Le gustaría tener su propia línea de productos, por ejemplo Crema Clásico y Canalla?

-Es uno de mis objetivos. Me gustaría sacar mis propios productos de acabado, no está cerca, pero está en el pensamiento. Así está pensado. De hecho, Clásico y Canalla quiero que sea una marca.

-Cuando un cliente le pide algo, y usted ve a leguas que ese algo no le va a favorecer, ¿se lo dice? ¿Le insiste si él persiste?

-Se lo digo. Soy sincero con mis clientes. Les digo: «Ese corte no va bien para tu fisonomía, tu cabeza…». El cliente siempre tiene la razón, haré lo que me pidan, pero antes van a oír mis consejos. Tengo algunos que vienen y me dicen «pásame la máquina». Pues no, si quieres te la presto y te la pasas tú, no te cobro, yo cobro por cortar el pelo, ofrezco una textura, hay sitios de cinco minutos, llegan, te cortan y te vas, como si fueran ovejas. En cambio mi barbería se caracteriza por servicios de 30 o 35 minutos. Aquí el cliente sale peinado, lavado, hay una nevera con bebidas para hacer tiempo…

-¿Y la wifi para cuándo?

-Ya la tenemos, tengo hasta cava para consumir, y eso no lo cobramos. Queremos que el cliente viva una experiencia, toallas calientes para el afeitado… por eso hay que pedir cita. Entre corte y afeitado igual te echas una hora aquí.

-¿Se puede identificar a un peluquero por el peinado de un cliente por la calle?

-Más que el peluquero concreto, se puede saber el tipo de establecimiento al que ha ido esa persona, si una peluquería, una barbería…

-¿Quién le gustaría que entrara por esa puerta?

-Yo tiro mucho por el rock and roll. A mí me habría encantado cortarle el pelo a Elvis Presley, es un icono del mundo de la peluquería con esos tupés. En mi casa tengo fotos suyas, aquí su música… Las melenitas vuelven y el barbero que no esté preparado, cayó. Antes la barbería cayó por los Beatles, todo el mundo cortaba el pelo cortito, pero se llevaron los melenas por culpa de este grupo. Los hombres se fueron a las peluquerías de señoras. Ahora el barbero que no se prepare para cortes medios y largos lo va a llevar crudo en un futuro.


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