La Voz de Galicia

El gobierno local abre la puerta a reducir el personal dedicado a borrar las pintadas

A Coruña

Xosé Gago a Coruña / La Voz

Los pliegos del nuevo contrato de limpieza marcan el mínimo de personal en un peón, cuando ahora hay más de cuatro operarios

01 Oct 2018. Actualizado a las 12:50 h.

El pasado 13 de julio, el gobierno local abrió el período de consulta previa sobre los pliegos del nuevo contrato de limpieza viaria, que incluye entre otros servicios la eliminación de las pintadas en las calles de la ciudad. El pliego es más ambicioso que su predecesor, que reguló el contrato licitado en el año 2008, pero no prevé un aumento de medios e incluso abre la puerta a una reducción del personal de ese servicio.

En el 2008 se exigía a las empresas participantes que la eliminación de pintadas se hiciera «en todos los edificios, muros, paredes, pavimentos de uso público y mobiliario urbano», a requerimiento del «Ayuntamiento o a requerimiento de los ciudadanos previa aprobación municipal».

El nuevo pliego abre el abanico y exige borrar los grafitis «en todas las fachadas exteriores, muros, paredes y pavimentos que por su estado supongan un menoscabo en las condiciones de ornato público del municipio», también en el mobiliario urbano y en «todos aquellos casos en que así sea ordenado por los servicios técnicos municipales».

Se añade además que «las pintadas ofensivas de cualquier tipo, las labores se realizarán de oficio por parte del adjudicatario o a requerimiento de los servicios municipales en un plazo máximo de 24 horas una vez se tenga constancia de su existencia».

Sin embargo, aunque sobre el papel los fines son más ambiciosos, los medios para alcanzarlos podrían ser más pequeños.

Los pliegos del 2008 planteaban que fuesen las empresas las que ofreciesen los medios técnicos para lograr los objetivos marcados. La compañía ganadora ofertó cuatro operarios a tiempo completo y un tercio de la jornada de otro para combatir las pintadas. Esos medios no han sido suficientes, a juzgar por el estado de las calles y de algunos edificios y espacios que dependen directamente del Ayuntamiento. Sin embargo, y pese a las numerosas críticas de los vecinos, los nuevos pliegos no prevén reforzar ese equipo, sino que ponen el mínimo en «un peón» equipado con un «furgón hidrolimpiador» solo en horario de mañana.

 

El PP exige un plan de choque

La dotación de medios y personal prevista en los pliegos ha sido calificada de «ridícula» por el grupo municipal del PP, dada la «demanda» que genera el problema de las pintadas y el «clamor ciudadano» para que se busque alguna solución.

Por ese motivo los populares han propuesto que se elabore un «plan de choque» contra los grafitis, que a su juicio debería incluirse en los pliegos con el fin de que las empresas interesadas en el contrato -que pasará de 13 millones de gasto al año- lo incluyan en sus ofertas.

Expertos en patrimonio piden concienciación y campañas

«Este é un problema moi vello e moi xeneralizado, de toda Galicia, especialmente da Coruña e máis especialmente da súa Cidade Vella». Para Felipe Senén López, arqueólogo y exdirector del Museo Arqueolóxico da Coruña, situado en el castillo de San Antón, existe una mala gestión del patrimonio histórico de la ciudad y un problema de base: no consideramos esa herencia como algo nuestro. «Hai unhas políticas que non tratan de atender o que é o patrimonio cultural. Iso de que se fagan concertos no castelo de San Antón ou nas Bárbaras é un despropósito e atenta contra a conservación deses espazos. Hai sitios que non son para iso», asegura tajante y recalca que «a río revolto; botellóns, pintadas, descontrol... Desnorte en xeral».

Insiste en que las pintadas tan solo son el reflejo más visible de este menosprecio: «Non é unicamente cuestión das pintadas, senón da salvagarda do patrimonio». Para Senén, algunas ciudades que sí se preocupan por mantener un casco histórico en buen estado y que son ejemplos a seguir son Pontevedra y Vitoria, países como Irlanda o regiones como la Provenza, en Francia. «Cando hai unha boa xestión, o piano toca e emociona», concluye.

«Ese convento é a historia da Coruña en si mesma», sentencia Xosé Alfeirán, experto en la historia de la ciudad herculina, que recuerda que la construcción del convento original se remonta al año 1214, con elementos del arte románico, gótico e incluso algunos neoclásicos. Recalca que lo más importante a la hora de prevenir posibles actos vandálicos en este clase de restos es la concienciación de los ciudadanos mediante campañas. «Outra cousa non se pode facer, porque esa zona é unha preocupación constante do arqueólogo municipal. O labor que realiza é encomiable», dice. Recalca que esa zona es al aire libre y está abierta al ciudadano: «Dependemos do civismo da xente, que ten que tomar conciencia».


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