La Voz de Galicia

La Unesco rechaza la reforma del jardín de San Carlos de A Coruña

A Coruña

montse carneiro a coruña / la voz
El jardín de San Carlos se construyó en 1834 y acoge veinte ejemplares de «Ulmus x hollandica Mill.» que conforman la única olmeda protegida y catalogada como BIC de Galicia.

Un informe del Icomos advierte riesgo de desaparición «a medio plazo» de la única olmeda protegida y catalogada BIC de Galicia

18 Jun 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Los olmos de San Carlos preocupan en París. El primer organismo mundial en conservación del patrimonio ha emitido un informe sobre la reforma del jardín coruñés, en el que alerta del riesgo de desaparición «a medio plazo» de la olmeda protegida y catalogada como bien de interés cultural (BIC), si la obra sigue adelante tal y como estaba previsto en enero. El dictamen del Icomos, el consejo encargado de evaluar las candidaturas a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, fue remitido el 20 de mayo al Ayuntamiento y la Xunta, y no tiene carácter preceptivo, por lo que las Administraciones podrían eludirlo. No así las legislaciones y normas nacionales sobre patrimonio, que en gran medida emanan del propio Icomos y de sus cartas de Venecia (1964) y Florencia (1982), específica de jardines históricos.

El documento llama la atención sobre la falta de un estudio detallado de las raíces de los olmos que permita afrontar el trabajo a sabiendas de su ubicación y dimensiones para poder valorar el impacto. Rechaza rotundamente que la intervención pueda considerarse una restauración, a pesar de que recupera la traza original de 1834, y anota que en el propio proyecto «se habla de rehacer el jardín, no de rehabilitarlo (...). Aquí prima la vuelta al diseño primigenio pero no al uso que tenía, ya que se cambia a jardín botánico, que no existió nunca como tal», y ese cambio «puede llevarse por delante la única arboleda singular y catalogada de Galicia», razona el Icomos.

El consejo internacional esgrime «uno de los artículos más importantes» de la Carta de Florencia, recogido en la Lei do Patrimonio Cultural de Galicia, que prohíbe expresamente eliminar los añadidos y contribuciones que se hayan podido incorporar a un BIC con el paso del tiempo. «La restauración debe respetar los sucesivos estadios de la evolución experimentada por el jardín (...). No debe concederse mayor relevancia a un período en detrimento de los demás», recomienda, salvo en casos excepcionales de degradación. 

Especies invasoras

En el jardín romántico de San Carlos, según la institución con sede en París, se plantarán especies nuevas que están catalogadas como invasoras en algunas zonas de España. Perderá 320 plantas y recibirá 1.029 nuevas. «No va a quedar mucha superficie donde no se hayan cortado raíces» de los 20 ejemplares de Ulmus x hollandica Mill., objeta el Icomos, que da la razón a los tres particulares que en el 2020 presentaron alegaciones al proyecto, finalmente desestimadas. También considera imperiosa la necesidad, «y más en el estudio previo que no se ha hecho, de un arbolista independiente, más que un arqueólogo, de cuya presencia se hace referencia constantemente», y avisa de que las heridas abiertas en las raíces pueden provocar la entrada de «hongos como la Armillaria mellea, que ocasionen su muerte durante y tras la obra».

Los expertos recalcan la naturaleza histórico-artística del jardín, concebido para acompañar el sepulcro del general sir John Moore, herido en la batalla de Elviña, y piden que antes de empezar el movimiento de tierras se haga un estudio previo de las raíces de «todos y cada uno» de los árboles, con lanza de aire comprimido y Tree-Radar, para evitar daños durante el sondeo. 

Vejez y belleza

Y concluye el Icomos: «La edad del jardín, la vejez de la olmeda y la belleza del lugar hacen recomendable esperar a la muerte de los olmos para realizar, si se quisiera en un futuro, ese cambio de uso tan radical del jardín». Solo entonces «sería el momento de plantearse un estudio profundo y detallado sobre si el cambio de uso a jardín botánico es el adecuado a la historia y origen de un jardín conmemorativo, que no botánico», insiste el consejo internacional.

El jardín de San Carlos, en 1883, antes de la plantación de los actuales olmos, con el sepulcro de John Moore rodeado de robinias

El baluarte de San Carlos, recuperado como jardín en el siglo XVIII por el militar Carlos Francisco de Croix después de que saltara por los aires el polvorín que ocupaba el roquedal, adoptó su aspecto actual con el monumento funerario del héroe de Elviña, que da sentido al espacio hasta el punto de que en la construcción del Archivo del Reino de Galicia, en 1955, se decidió abrir un túnel en el edificio y reconvertir el trazado de ocho parterres en siete para crear una línea de fuga desde la calle San Carlos hasta el sepulcro central.

Falto de plan director, a pesar de su catalogación BIC, en marzo del 2019 el gobierno local anuncia la restauración del jardín y de las lanzas que rodean el cenotafio, proyectadas por el arquitecto Juan de Ciórraga, y la plantación de especies de todo el mundo para convertirlo en botánico. Dos años después, con la financiación europea aprobada y una errática tramitación administrativa, la obra sigue dormida.


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