La Voz de Galicia

María Luisa Martínez Poch, una compañera ejemplar

A Coruña

José María Arias Mosquera, presidente de la Fundación Barrié a coruña
Imagen de María Luisa Martínez Poch (a la derecha) cuando recogió en Ponteceso, en mayo del 2017, y en nombre de la Fundación Barrié uno de los Premios Bos e Xenerosos con que resultó agraciada. Martínez Poch era muy apreciada por su gran humanidad

Vocal del patronato de la Fundación Barrié desde 1991, María Luisa destacó por su generosidad constante hacia los demás

07 Feb 2022. Actualizado a las 09:46 h.

Todos los que trabajaron con María Luisa Martínez Poch (Santiago de Compostela, 1953) en el Banco Pastor, donde fue directora de protocolo, y la Fundación Barrié, de la que era vocal del Patronato desde el año 1991, lamentan la pérdida de una persona que sabía integrarse en el trabajo diario quitándole esa dosis de dramatismo que a veces tienen las tareas.

Habitual se había hecho su expresión «¡pollo pelao!» cuando se acababa una actividad o evento, no importa la relevancia que tuviera o lo que se hubiera sufrido para llevarla a cabo. Daba igual que se tratara de la presentación de la conferencia de un premio Nobel o del traslado de unos muebles. Con esa frase parecía querernos decir dos cosas. Por un lado, que no nos demos demasiada importancia, y por otro, que mañana será otro día y habrá otro pollo que pelar. Ejemplar lección para todos, como la humanidad y afecto que transmitía a todos los niveles desde su puesto de vocal del Patronato, nunca alejada del día a día de una Fundación con la que siguió vinculada desde su jubilación hasta que hace escasos meses su salud dejó de permitírselo.

María Luisa Martínez Poch desarrolló buena parte de su carrera profesional en Madrid, en donde, tras licenciarse por la Universidad Complutense en Ciencias Biológicas, fue jefa de servicio del laboratorio de Gas Madrid, Gas Natural hasta 1996, año en el que se incorporó al gabinete de presidencia del Banco Pastor. En el 2008 fue nombrada jefa de protocolo de la entidad bancaria hasta su prejubilación, que tuvo lugar en el año 2012.

Para la Fundación Barrié fue, además de un miembro activo de su patronato, casi una trabajadora más, perfectamente identificada con los fines de la entidad y siempre dispuesta a aportar lo que para su consecución hiciera falta.

Para todos nosotros es una gran pérdida, ya que pocas son las personas que, de forma constante y sin excepción, han mostrado tanta generosidad hacia los demás. María Luisa deja un gran vacío, pero su recuerdo estará vivo por siempre en nuestros corazones.


Comentar