Renuncia la adjudicataria de la obra del primer edificio de la Cidade das TIC de A Coruña
A Coruña
El encarecimiento desorbitado de la energía y los materiales de construcción apea a la UTE liderada por Gallaecia y fuerza a la UDC y el clúster a abrir un proceso negociado para encauzar el Centro de Servizos Avanzados. El rector asegura que la licitación estará resuelta en un mes
12 Feb 2022. Actualizado a las 16:55 h.
Nuevo escollo en la travesía de Pedralonga. La constructora compostelana que se hizo con la obra del centro inaugural de la Cidade das TIC a finales del 2021 no ha podido asumir la inflación de precios de la energía y los materiales de construcción causada por el covid, y ha renunciado a seguir adelante. La UTE encabezada por Gallaecia, que acudió a la licitación asociada con una empresa de Vigo, ya no llegó a firmar el acta de replanteo que documenta el comienzo de los trabajos. Dos meses después de que la Universidade da Coruña y el Clúster TIC Galicia le adjudicaran la rehabilitación de la nave 2 de la antigua fábrica de armas —con 4,3 millones de euros de presupuesto de licitación y un plazo de ejecución de nueve meses—, Gallaecia decidió retirarse del concurso. La propuesta económica con la que obtendría el contrato, la única que llegó a la mesa de los promotores, devino insuficiente para afrontar el coste de la reforma. Ya no será en septiembre cuando el Centro de Servizos Avanzados (CSA), financiado por el Igape con una subvención de 4,8 millones de euros, entre en funcionamiento, como estaba previsto en el anuncio de licitación. Sin margen de maniobra, toca volver a empezar.
Procedimiento negociado
La renuncia ha forzado a la sociedad gestora del CSA —participada al 49 % por la UDC y el clúster, y el resto por diez compañías tecnológicas—, a iniciar un procedimiento negociado con varias constructoras para desencallar la reforma el edificio. Este pabellón constituye el gran escaparate de la potencia tecnológica, investigadora y empresarial de la Cidade das TIC, y una de sus mejores herramientas para captar inversiones. Nació como un lugar de encuentro para desarrolladores de soluciones TIC y posibles clientes interesados en conocer tecnologías y definir proyectos de transformación digital. Ocupará 5.000 metros cuadrados repartidos en laboratorios de inteligencia artificial, internet de las cosas, nanotecnología, espacios de demostración, aulas y zonas comunes, y de él colgarán en cascada el resto de intervenciones previstas en Pedralonga.
Tanto la universidad como el clúster han avanzado en la búsqueda de financiación para abordar antes de que acabe el año, según sus responsables, la rehabilitación de nuevas naves del complejo. Hasta principios de marzo se dan ahora de plazo para resolver la adjudicación definitiva del CSA, con las modificaciones que resulten de la negociación que han abierto con las constructoras invitadas. Una vez elegida la ganadora, en un mes desde la firma del contrato, las máquinas podrán entrar en la vieja fábrica.
La madera, un 130 % más
Pero los plazos iniciales se antojan imposibles de cumplir. «Estamos todos en un momento muy delicado, el sector entero. La inflación es salvaje. El precio de la madera ha aumentado el 130 %. Las Administraciones ya decidieron entre lo malo y lo peor, entre rechazar obras o recortar superficie, una de dos. Nadie quiere empezar a trabajar para perder dinero», explica el arquitecto Carlos Pita, profesor de la UDC y autor del proyecto que ganó el concurso de ideas convocado por la sociedad gestora del CSA a finales del 2020.
Al alza descontrolada de los precios, que en ocasiones ha vuelto imposible garantizar un presupuesto más allá de 15 días, se suma la falta de mano de obra cualificada. «Después de la crisis de la construcción no ha habido relevo generacional. Un carpintero puede ganar más dinero que un arquitecto, pero los chavales ya no quieren subirse a un andamio. No hay pintores, ni albañiles, ni caravisteros en los lugares donde hay tradición de colocar ladrillo cara vista», cuenta Pita, que concluye así la dificultad de mantener los plazos. «Si no encuentras trabajadores y te tienes que arreglar con dos, cómo vas a entregar a tiempo», dice.
La construcción del CSA se sostiene con una ayuda de la Xunta de 4,8 millones de euros del 2019, que tres años y una pandemia después se han quedado escasos, advierte el arquitecto. Con esa cantidad los promotores tendrán que hacer frente a la rehabilitación de la nave y a los equipamientos que lo convertirán en un hito tecnológico. Francisco Conde, conselleiro de Economía, apuntó ayer en esa dirección: «Hai unha oportunidade para que a Cidade das TIC se converta nunha referencia desde a transformación dixital que estamos desenvolvendo en Galicia e que temos que acometer en colaboración co propio sector. Ten que ser ese punto de encontro para colaborar a empresa co coñecemento e coa universidade».