Excedente de conchas de mejillón para elaborar muebles sostenibles en Cambre
A Coruña
Construcciones Ramos vende lavabos, bañeras, escaleras o encimeras hechas de un hormigón diferente
28 Jun 2022. Actualizado a las 19:20 h.
La empresa Construcciones Ramos de Cambre, regentada por los hermanos Rocío y César Amil, impulsa un proyecto de economía circular para la elaboración de mobiliario con hormigón reciclado producido con conchas de mejillón. La iniciativa fue presentada este martes en el foro «Proyectos de I+D+i de la cadena de valor del sector pesquero» organizado por el GALP Golfo Ártabro Sur.
La compañía promotora, dedicada tradicionalmente a la construcción residencial e industrial, se vio afectada en el 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria, por lo que sus dueños decidieron reenfocar su actividad y reinventarse. Hicieron un análisis interno teniendo claro que una de sus premisas era garantizar la calidad del medio ambiente. También realizaron un estudio de su entorno, en el que pudieron comprobar que había una gran demanda de mobiliario y de un producto diferencial. Su situación geográfica, en el área de A Coruña, los vinculaba con varios puntos referentes en el marisqueo.
Se percataron de que en su ámbito geográfico había un problema con los desperdicios vinculados a la acuicultura y que podían solucionarlo con un material de construcción, el concreto, un tipo de hormigón formado por un aglomerante con un agregado de áridos que en este caso se hace con conchas de mejillón y otros bivalvos.
De este modo, el proyecto surgió a través del conocimiento adquirido en un estudio de I+D+i anterior. Construcciones Ramos lo realiza con la colaboración de la Universidade da Coruña (UDC) y cuenta con financiación europea a través de la Axencia Galega de Innovación (GAIN) y del GALP, que apoya principalmente a la entidad en la fase final de impulso a la comercialización.
En el proceso de producción de hormigón, sustituyen aproximadamente el 50 % del árido convencional por el agregado obtenido a partir de residuos de conchas marinas. Para el reciclaje, las cáscaras se someten a un tratamiento térmico y se eliminan todos los microorganismos nocivos y la humedad. El resultado es un árido reciclado, apto para su incorporación al proceso productivo sin perjudicar las características técnicas del producto. La compañía lleva a cabo dos procesos de producción: in situ y en cadena.
Amparo Dopico, miembro del equipo técnico del GALP, explicó que el resultado es un material «muy versátil» para crear, por ejemplo, encimeras que se adaptan a cualquier lugar, resistentes y fáciles de limpiar. También venden expositores o muebles de baño, como lavabos o bañeras. El agregado hecho con conchas lo compran a empresas especialistas en reciclaje, que gestionan estos residuos procedentes el sector pesquero.