«El 50 % de las mujeres sufren abusos sexuales en el metaverso»
A Coruña
El psicólogo clínico José Ramón Ubieto presenta en A Coruña un trabajo sobre la realidad virtual que explora las causas, los riesgos y las herramientas para embridar el uso de la tecnología
18 Nov 2022. Actualizado a las 05:00 h.
«Decía el Fedro de Platón: "Se ha inventado la escritura, ¿qué va a pasar ahora con la memoria?". Todo el mundo tenía que tener buena memoria para transmitir oralmente las cosas, pero si ya todo se escribía, para qué», plantea el psicoanalista José Ramón Ubieto (Sabiñánigo, Huesca, 1958), y responde: «Bueno, pues la memoria continuó». El profesor se refiere a la ola tecnológica en curso y a la realidad digital a la que ha dedicado el libro que trae este viernes a la librería Lume, invitado por la Biblioteca de Orientación Lacaniana de A Coruña. Escrito junto con la socióloga Liliana Arroyo Moliner, se titula ¿Bienvenido Metaverso? Presencia, cuerpo y avatares en la era digital (Ned Ediciones) y da razones para embridar la invasión tecnológica.
—¿Ven nuevas patologías por esta tecnología intrusa?
—Yo siempre digo que el móvil es un órgano extracorpóreo porque está fuera del cuerpo, pero muy lejos tampoco lo dejas. Los adolescentes se duchan con él, duermen con él y comen con él. Tenemos un problema con el porno porque la iniciación sexual de los chicos se produce ahí. Un porno en línea, gratis y muy sádico que no se corresponde para nada con el deseo de las mujeres y genera muchos desajustes porque luego lo reproducen. Pero el problema más importante es la absorción de libido, la energía que chupa la pantalla y quita de hacer otras cosas, leer libros, hacer deporte o estar con los amigos. Y el sueño. Los adolescentes duermen entre una hora y una hora y cuarto menos desde que hay pantallas.
—¿Cómo se corrige?
—Cuando sale una tecnología nueva se produce un pico muy alto, luego cae y luego vuelve a subir pero ya no tanto. Ese es el proceso. Por sí misma la tecnología, desde el punto de vista científico o económico, mientras sea rentable, no se corrige. Solo después de entender su impacto llega la corrección social y legislativa. Que los padres piensen qué le están dejando a los hijos. Hace poco Chile sometió a votación la primera Constitución del mundo que recogía los neuroderechos. ¿Qué pasará cuándo los chips corporales se generalicen?
—Usted entró en el metaverso y sintió miedo real.
—El 50 % de las mujeres sufren abusos sexuales en el metaverso. Yo entré y lo primero que encontré fue a un tipo con un hacha inmensa que venía directo hacia mí. Sabía que era una ficción, yo era un monigote paseando, pero tuve miedo, claro. Las gafas te aíslan del lugar en el que estás, y aunque la realidad es virtual, como dice el anuncio de Meta (y tiene razón), la sensación es real. El cuerpo no sufre, pero la dignidad no queda aparte. Sigues siendo tú y pueden humillarte.
—¿Qué nos atrae del metaverso?
—Hay cuatro razones. Una, todos soñamos con escaparnos a un mundo alternativo. Dos, soñamos con aumentar nuestra capacidad y trascender los límites del espacio y del tiempo. Tres, el metaverso permite simular sin riesgo de compromiso físico [el gemelo digital tan prometedor]. Y cuatro, la ilusión de control. Ahora, es una falacia que sea lo mismo. En el metaverso no nos podemos besar, no hay inmersión social, que requiere vínculos y no conexiones. Los humanos somos incodificables y no hay réplica posible.