La Voz de Galicia

La calle Real de A Coruña toma impulso con la apertura de negocios vinculados a la gastronomía

A Coruña

Caterina Devesa A Coruña / La Voz
Imagen de la calle Real

Zapaterías y joyerías predominan en una vía que resiste el pulso a las grandes cadenas

12 Feb 2023. Actualizado a las 17:14 h.

La calle Real de A Coruña, epicentro del comercio coruñés durante décadas, sobrevive de la mano de negocios de toda la vida que resisten, mientras que otros con menos fortuna han ido bajando persianas. Sin embargo, en los últimos meses la zona ha cogido un nuevo impulso de la mano de la apertura de locales gastronómicos. «Hay mucho movimiento, la verdad. La calle está resurgiendo porque al final es el centro de la ciudad y por mucho que cambie la dinámica del comercio, los coruñeses y los turistas siempre la recorren. Somos un centro comercial abierto», indica Isabel Porto, presidenta de la Asociación de comerciantes de la zona Obelisco.

En la actualidad la mayor parte de comercios son joyerías, zapaterías o locales de hostelería. «Algunas de joyas, como Salamanca, llevan toda la vida, pero hay otras que han abierto en los últimos años y les va bien porque ofrecen un producto distinto y de calidad», señala Porto. Precisamente, la clave de la supervivencia es, de acuerdo con los responsables de los negocios, la diferenciación.

Nueva vida y apuesta por la gastronomía. Entre los locales que han abierto recientemente sus puertas en la céntrica vía está la Jamonería Casa Cerralbo, que ocupa el bajo que hace esquina con Canuto Barea, y que hace años albergó la tienda R38. «Abrimos en diciembre y la acogida está siendo muy buena», apunta Lidia, una de las dependientas. Con tienda también en Vigo, ofrecen bocadillos y conos de embutido para llevar, siguiendo las tendencias de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Además de esa jamonería, en la entrada de las galerías comerciales se inauguró hace poco Al pan pan, una tienda de productos artesanales. «Tenemos otro local en plaza de Lugo y ahora nos hemos expandido aquí», explican desde el negocio, especialista en la elaboración de pan y empanadas, churros, trenzas, bollos de chocolate, y demás bollería. Igualmente, la pasada semana abrió sus puertas Mía´s, de empanadas argentinas con una oferta variada con opciones veganas.

Cambios de local. Los últimos movimientos de la calle no están solo vinculados a la llegada de nuevos negocios, sino al cambio de ubicación de algunos de los clásicos. «Nosotros nos vamos a mudar porque el edifico del bajo que ocupamos desde hace 25 años se va a reformar por completo. Lo compró un particular para utilizar como vivienda. Los trabajos van a durar un par de años y trabajar con obras tanto tiempo es imposible, entonces nos moveremos próximamente del número 81 al 24 (que en el pasado ocupó Mamá Shop)», apunta Isabel Porto, presidenta de los comerciantes del Obelisco, que trabaja en Yves Rocher. Al igual que ella, otros comercios, como la mítica joyería Salamanca, planean trasladarse a otro bajo de la misma calle, como también hicieron Caffè Vecchio, la perfumería Garrote o recientemente Nikis Galicia.

Dificultades. Las grandes superficies. Como explica la presidenta de los comerciantes del Obelisco, la actividad ha ido evolucionando y el cierre de las tiendas del grupo Inditex se tradujo en su momento en la bajada de persiana de otros negocios, sobre todo los vinculados a la moda. De hecho, las únicas tiendas de grandes cadenas que se mantienen son Mango y Calzedonia. «Hay varias de ropa y accesorios, pero son otro tipo de negocios, minoristas y con una oferta más personal que la que ofrecen las grandes firmas, o exclusivas de diseñadores», indica Isabel Porto. Así, en la calle Real siguen Alba Conde o la sastrería Félix Ramiro, a las que podría sumarse próximamente Simorra en el bajo que ocupó The Phone House. Esa marca ya tuvo presencia en la calle hace años. «El cartel de próxima apertura lleva tiempo puesto, pero el local sigue en obras. A veces, la tardanza en obtener las licencias hace que la apertura de negocios se retrase o no prospere», valora Porto, que añade que el bajo que en su día era McDonald’s también está en reformas.

Alquileres elevados. El precio de los alquileres es otro hándicap para quienes apuestan por la vía. «Llevamos diez años en esta calle, primero estuvimos en el número 37 y ahora estamos en el 23», explica la responsable del negocio, Daniella Souto. Para ella, sobrevivir en la calle Real es complicado. «Es cierto que es una zona tradicional de zapaterías, pero hay mucha competencia y cada vez es más complicado». Por eso, barajan trasladarse «o a Marineda City o a la plaza de Lugo». «Al final, las grandes cadenas se han ido a esas zonas y la gente cuando va de compras ya va a tiro fijo. La vía sí tiene mucho tránsito, pero en invierno es más complicado. No basta con los clientes fieles para mantener el negocio, ya que los alquileres siguen siendo muy elevados a pesar de que hay varios locales vacíos desde hace años», relata. Actualmente en el portal Idealista se anuncian tres espacios de 110, 130 y 160 metros cuadrados por 2.500, 3.000 y 3.500 euros, respectivamente.

Las demandas de los comerciantes pasan por más aparcamientos. Para evitar la mudanza de locales a las grandes superficies y atraer clientes, desde la Asociación de comerciantes del Obelisco piden mejorar la movilidad. «Hay pocas zonas de aparcamiento y con la peatonalización de la Marina, y ahora, el cierre de San Andrés los fines de semana, mucha gente que vive en el área metropolitana ha dejado de venir. Optan por Marineda City porque pueden estacional fácilmente».


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