El jardín de San Carlos de A Coruña, amenazado de muerte por el avance imparable de la grafiosis
A Coruña
Once meses después de la tala urgente de tres ejemplares, hay otros cuatro infectados en la histórica olmeda. El gobierno local pedirá permiso para aplicar insecticida
12 May 2023. Actualizado a las 05:00 h.
La peor de las sombras se cierne sobre el jardín romántico de San Carlos, bien de interés cultural (BIC) y último superviviente de las olmedas históricas europeas. Otros cuatro ejemplares de Ulmus x hollandica Mill. han sido alcanzados por la grafiosis, enfermedad fúngica para la que no existe tratamiento y que hace once meses obligó a talar de urgencia otros tres individuos —incluidos en el Catálogo galego de árbores senlleiras— en un intento precipitado de contener la plaga. «Hay olmeda para rato», auguró en junio del 2022 Luis Gil, catedrático de la Politécnica de Madrid y director de un grupo de investigación puntero sobre esta patología, tras examinar el conjunto coruñés, creado en 1834 y sometido el año pasado a una polémica reforma para devolverlo a su trazado original.
La corta de los tres árboles afectados, la impermeabilización de los tocones con betún para impedir la emisión de sustancias que pudiesen atraer a los insectos escolítidos que transportan el hongo y la aplicación de insecticida sobre las copas antes de que reventasen los primeros brotes primaverales protegerían San Carlos, según anunció Gil en su visita a la ciudad.
En la tumba y el balcón
Once meses después, el avance de la plaga es evidente a simple vista. Dos olmos muestran grandes áreas ocres en medio del nuevo follaje. Uno de ellos se encuentra en el corazón del jardín, en uno de los vértices del cenotafio de sir John Moore que le da sentido al conjunto. El segundo flanquea, desde la derecha, la entrada al mirador que se abre encima de la muralla. A la izquierda crecía otro gigante que también enmarcaba el balcón proyectado por Rey Pedreira en 1938, pero desapareció en el ataque del año pasado. Los otros dos, con señales claras de enfermedad, se alzan en el borde perimetral próximo al Abente y Lago, y en otra esquina de la tumba del general inglés, este último con señales recientes de podas de ramas infectadas.
En los últimos días un equipo técnico subcontratado por la empresa Arce, concesionaria del mantenimiento de las zonas verdes históricas de A Coruña, analizó el estado del jardín. «Les preguntamos si era grafiosis y nos contestaron que todavía no se habían analizado las muestras pero que sospechaban que sí», explica un vecino habitual de San Carlos que habló esta semana con los especialistas.
Fuentes municipales confirmaron ayer que «se han detectado indicios de la infección en cuatro olmos y se está valorando qué acciones poner en marcha». A pesar de que el procedimiento que se llevó a cabo con los primeros árboles infectados se dirigió a la tala inmediata y la aplicación de insecticidas preventivos en el resto del jardín, el gobierno local detalló que hay «dos ejemplares con más afección» y otros dos «con más posibilidades de conservación si responden a los tratamientos». Los técnicos han aplicado fungicidas para tratar de controlar el hongo patógeno (Ophiostoma novo-ulmi) y han instalado trampas de feromonas —«de efectividad limitada», señalan desde María Pita— para atraer y capturar a los escarabajos que actúan como vectores de la grafiosis.
Asesorado por Luis Gil, que suministró ejemplares resistentes a la plaga para sustituir a los viejos árboles derribados por el hongo, el gobierno municipal indicó que solicitará una autorización especial al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para utilizar un insecticida de amplio espectro, la deltametrina, como última baza para evitar la tala, acción que tampoco se descarta.