Un hecho inesperado en la Antártida

En los polos de la Tierra hay un período de deshielo natural que coincide con las épocas más cálidas en cada uno de los hemisferios. Mayo, por ejemplo, suele ser un mes en el que ya empieza el retroceso en el Ártico. En el extremo sur ocurre al contrario. Ahora mismo, en el otoño austral, la superficie congelada avanza.

El ciclo anual de congelación y fusión del hielo marino en la Antártida es uno de los ciclos estacionales más grandes que existen en la Tierra. Durante los próximos meses, el hielo marino se expandirá hasta cubrir más del doble del área de Australia y después se reducirá aproximadamente una quinta parte en verano.

Sin embargo, en la Antártida está ocurriendo algo que no tiene nada de natural. Un hecho que los científicos del programa antártico de Australia califican directamente como «anomalía alarmante». La extensión del hielo sigue menguando a pesar de que solo falta unas semanas para el solsticio de invierno. «La falta de hielo marino en el mar de Bellingshausen hace que parezca más verano», reconoce el organismo en una publicación.

El hielo marino alrededor de la Antártida alcanzó su extensión más baja registrada el 19 de febrero del 2023, con 1,77 millones de kilómetros cuadrados. 2022 y 2023 son los únicos años registrados en los que la extensión del hielo marino antártico cayó por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados.

En cualquier caso, cuando uno observa una serie de datos de varias décadas observa que hay una gran variabilidad en los ciclos del hielo en la Antártida. Y es normal. No existe en el planeta un lugar como el polo sur. No es un océano rodeado de continentes como el Ártico, sino un continente rodeado de océano. Es una zona del mundo aislada en todos los sentidos, geográfica y climáticamente. Aunque tal y como reconocen los investigadores en los últimos años se observa la misma tendencia que en el resto de la Tierra. Y no es otra que un calentamiento de la atmósfera y de su océano.

Pero, por muy lejos y apartado que se encuentre el continente helado, su transformación tendrá implicaciones a nivel global. La Antártida es el gran refrigerador del planeta, ya que bombea aguas gélidas al resto de los mares. Un papel que ahora mismo está en el aire.