Paty Lesta: «Soy artista, madre y empresaria, siempre tendré que aunar todas esas partes»

El sueño de Paty Lesta (Essex, 1979) siempre había sido subirse a un escenario. Durante años fue a clases de técnica vocal y estudió canto lírico, pero su corazón latía al ritmo del jazz y el soul. En el 2013 se unió artísticamente a Cristian Leggiero, fundó la Gallaecia Big Band y ahora, 10 años después, está a punto de hacer vibrar la plaza de María Pita con su voz arrolladora. El próximo miércoles la agrupación formará parte, junto a la Banda Municipal de A Coruña, de la semana clásica de las fiestas herculinas. 

«Nuestra idea es rendir homenaje a las grandes big bands de la época de los 40. Entre nuestro repertorio están clásicos de Frank Sinatra, Aretha Franklin, Renato Carosone... Y lo que queremos es demostrar que también se puede bailar con ese estilo de música», afirma la vocalista. 

Pasó los primeros años de su vida en Chelmsford (Essex, Inglaterra). Sus abuelos habían emigrado desde Galicia, nadie en la familia se dedicaba a la música. Ella fue la primera. Desde que tiene uso de razón cantaba y bailaba con una guitarra delante del espejo, usaba los cepillos del pelo como micrófonos... «Mi madre siempre me dice que con cinco años era la reina de todas las fiestas, que ya tenía madera de artista».

De su hogar recuerda el constante sonido de los Jackson 5, Aretha Franklin y Tina Turner. Ellos fueron sus primeros contactos con el soul. «El día que murió Tina Turner yo lloré», afirma Lesta. «He crecido con ella, me ha influido muchísimo a nivel musical y personal. En todos los proyectos en los que estoy siempre hay una o dos canciones suyas. Siempre». 

Los inicios

Todo empezó con un anuncio en el periódico. Una orquesta necesitaba cantante. Paty tenía 17 años, lo recortó, se lo llevó a su madre, su madre la llevó a la prueba y la seleccionaron.

«Mucha gente me decía que me iba a morir de hambre, pero en casa nunca. Mi madre siempre me ha apoyado. Me acompañaba en todos los viajes de la orquesta, con la única condición de que no dejase los estudios».

Desde entonces cantó en cientos de escenarios, con calor extremo, con nieve, en pueblos donde aún no había llegado la electricidad, sobre carros de vacas... Aprendió a ser resolutiva, se dio cuenta de que nada es un problema, de que hay que salir adelante pese a todo.

«Para mí un artista es un compendio de muchas cosas», explica Lesta. «La voz es muy importante, pero también hay que saber expresar, saber contar lo que estás cantando, porque al final es una historia. Sobre todo, hay gente que tiene carisma, que sabe llegar al público en cinco minutos y se lo mete en el bolsillo y eso es complicado también».

Sin embargo, la cantante no se desprende de la técnica. «La técnica da libertad. Y yo siempre digo que he podido llegar a la felicidad plena sobre un escenario porque me siento libre».

Lesta también pone mucho valor en el resto de músicos de la banda. Sostiene que no es solo ella; son un equipo. «Estoy rodeada de los mejores músicos de Galicia. Si te rodeas de los grandes, tienes que estar a la altura».

Paty Lesta y Cristian Leggiero se conocieron en el 2009, entre la música y el humor de la Ardebullo Big Band. Formaron un dúo de piano y voz para otros eventos y, en el 2013, la TVG contactó con Cristian. «Necesitaban una big band para un programa, él la montó y a partir de ahí decidimos seguir con el proyecto». 

La vocalista ha querido subrayar la importancia de Leggiero para la banda. Además de dirigir, él es el autor de todos los arreglos que suenan en directo. El miércoles, de hecho, sorprenderán a la ciudad con una adaptación de Negra Sombra a formato big band. 

Apoyo incondicional

«Soy artista, sigo siendo cantante, he sido madre de dos niñas, también soy empresaria...», dice Paty. «A veces es difícil aunar todo eso y si yo puedo hacerlo es gracias a mi madre, Mari Lesta. Ella es la que cuida de mis hijas».

Paty ha escogido su apellido artístico, Lesta, en su honor. «Es algo que no se ve en las altas esferas, las cantantes famosas lo tendrán más fácil. Pero el resto, las que no estamos a ese nivel, podemos seguir siendo artistas gracias a la figura de la abuela».