Crecer creando, juegos educativos que enganchan desde A Coruña

La época de calcetines y perfumes vivió durante muchos años su momento de gloria, pero ahora que las redes sociales invitan a salir de lo tradicional y los emprendedores se lanzan a conquistar el mercado con negocios antes inhóspitos, en este suplemento te descubrimos alternativas de todos los gustos y precios para que estas Navidades aciertes sin caer en ideas clichés.

Ana María Rodríguez cuenta que tuvo a sus tres hijos muy jóvenes, y que entonces trabajaba de lo que podía, no como ahora, que ha hecho de su pasión su oficio. Esta emprendedora transforma el aprendizaje matemático en una aventura apasionante con Crecer creando, su tienda-taller de Monelos (Roberto Tojeiro Díaz 1) donde vende los juegos de mesa que ella misma crea y diseña y donde también organiza campamentos para que los niños descubran el poder de unas herramientas que, además de estimular habilidades esenciales para el razonamiento lógico, el pensamiento lateral y el cálculo mental, les harán pasárselo en grande.

El sueño de Ana, cuyo nombre no deja lugar al misterio, empezó hace siete años, cuando comenzó a darse cuenta de lo bien que se le daba crear inventos que ayudaban a pensar y que realmente enganchan. Esta es la parte fundamental del éxito de su variedad de juegos, comenta, y de hecho advierte que no le gusta nada que se les llamen «juegos educativos» porque en la memoria colectiva implica que son cosas aburridas, y nada más lejos de la realidad.

«Mis juegos son emocionantes, me gusta dejar claro que aunque no aprendieras nada querrías jugar igual porque enganchan», dice de unas ideas que han conseguido que ofrezca charlas en centros educativos públicos para conseguir que los niños adquieran conocimientos jugando. Y de la manera más tradicional, lejos de las pantallas y descubriendo terrenos que les serían ajenos en su entorno digital. «Antes de empezar con mis juegos, es muy típico escuchar eso de ‘‘Lo que más me divierte es el Among Us [un videojuego]”, pero luego acaban defendiendo que lo que más les gusta son las matemáticas».

Además de todo esto, Ana trabaja con niños que le deriva la Xunta o clínicas de psicopedagogía. «Son sobre todo niños con necesidades específicas, que ejercitan sus capacidades de una forma que no están acostumbrados».

Ahora mismo, el superventas de Crecer creando es la clonación de cartas, que sirve para practicar las tablas de multiplicar. Pese a esto, Ana explica que estuvieron pasándoselo bien con este juego que salió de su cabeza en un congreso de matemáticas. «Alguien lo llevaba en la mochila y se pusieron a practicar, y se dieron cuenta de lo mucho que vicia», dice. Ahora va un paso más allá creando juegos específicos para adultos. «Se llama Alerta máxima y también es de cartas, lo estoy acabando de diseñar».

A la pregunta de cómo se le ocurren estas ideas, indica que no sigue un proceso concreto: «Las ideas están ahí y surgen, solo hay que llevarlas a cabo». Este «solo» adquiere diferentes matices según a quién se le pregunte, pues Ana es una absoluta Juan Palomo, «yo me lo guiso, yo me lo como». «Cuando tengo algo de tiempo llevo las ideas al ordenador y luego las paso a 3D; hago yo todo el proceso», concluye.

Por si esto fuera poco, los interesados en que sus hijos descubran «el genio que hay en ellos», Ana ofrece cursos para primaria y secundaria —ahora también para 5 años—, conocidos como Matematízate, de lunes a sábado en diferentes horarios.