La RAE digitaliza primeras ediciones de Cervantes y Rosalía
A Coruña
La institución permite ahora el acceso libre a través de su web
19 Jan 2024. Actualizado a las 21:51 h.
La edición príncipe del Quijote. Manuscritos de varios dramas de Lope de Vega con sus correcciones. Los originales del Libro de buen amor, el Buscón y Don Juan Tenorio —plagado de tachones—, y los de los más famosos versos de Rosalía de Castro o Rubén Darío. Son solo algunos de los tesoros bibliográficos de la Real Academia Española (RAE) —atesora más de 300.000 volúmenes— que hasta ahora estaban solo al alcance de estudiosos y eruditos. Ya están disponibles para que a un solo golpe de clic todos conozcamos sus secretos.
Y es que la RAE ha digitalizado parte de su fondo documental, lo que permite el acceso gratuito y en línea a más de 4.800 obras del siglo XV al XIX repartidas en 5.250 volúmenes custodiados en la institución. Se han digitalizado alrededor de 1,5 millones de páginas y se prevé incorporar más obras tanto por petición de los investigadores como por su especial relevancia a juicio de la Academia.
«Es un día feliz. Hacemos accesible lo más exquisito, lo mejor e inencontrable en otras bibliotecas», se felicitó Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, al presentar este encomiable trabajo de digitalización. «No se enfoca en la totalidad de nuestra biblioteca, pero facilita que lo que era antes para unos pocos, ahora sea un servicio de interés general con obras que estaban dormidas y ahora despiertan», dijo.
Iniciada en junio del 2021 bajo dirección de Pilar Egoscozábal, bibliotecaria de la Academia, la digitalización de esta portentoso tesoro ha culminado sus dos primeras fases centradas en el fondo antiguo impreso. Se sumerge en la tercera con la digitalización de sus manuscritos. El proyecto ha sido posible gracias al mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson.
Visualización modo libro
El acceso libre y gratuito se realiza a través de la web de la RAE en la dirección www.rae.es/biblioteca-digital. Permite consultar con fabuloso nivel de detalle manuscritos, incunables y obras impresas desde 1500 a 1900. A través del enlace se puede acceder a miles de obras y apreciar sus peculiaridades con varias opciones de visualización, incluido el «modo libro». Cuenta con el sistema OCR (reconocimiento óptico de caracteres), que localiza palabras y letras concretas en los textos digitalizados.
En la selección se han priorizado títulos relevantes por su singularidad, únicos o de enorme rareza en bibliotecas del mundo, de gran valor histórico, patrimonial o editorial. Obras como la edición príncipe de la primera parte del Quijote, de 1605 —hay solo 30 ejemplares en todo el mundo—, o el mítico Quijote de Ibarra, una edición ilustrada del año 1780 que encargó la RAE «al mejor impresor de todos los tiempos», según Pilar Egoscozábal, para superar a la versión inglesa editada en 1738. También uno de los manuscritos de La vida del Buscón de Francisco de Quevedo enriquecido por su amanuense.
De incunables del siglo XV a manuscritos
En la primera fase se digitalizaron ejemplares representativos de la imprenta manual: desde los incunables, impresos desde el comienzo de la técnica tipográfica —a mediados del siglo XV— hasta 1500, a los libros raros, salidos a la luz entre 1501 y 1830. Títulos como el Libro del juego de las Suertes (1515) de Lorenzo Spirito, una obra sobre juegos adivinatorios en la corte, la única que se conserva de la tradición española, o el Diccionario de autoridades, el primero realizado por la RAE y publicado en seis tomos entre 1726 y 1739. Muñoz Machado explicó que algunos libros fueron descartados por su «estado delicado», como las Etimologías de San Isidoro, del siglo XII.
En la segunda fase se digitalizaron las obras impresas entre 1831 y 1900, producto de la imprenta mecánica. Joyas como En las orillas del Sar de Rosalía de Castro, o Zaragoza, uno de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós. La tercera fase es la digitalización de manuscritos. Del riquísimo fondo que custodia la RAE se puede consultar una muestra de 15 títulos. Entre ellos el Libro de buen amor, del arcipreste de Hita, en el denominado códice Gayoso o manuscrito G, una de las tres copias manuscritas conservadas de esta maravilla del siglo XIV.
Se puede escudriñar el manuscrito del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, de puño y letra del propio autor y académico de la RAE. Un original plagado de tachaduras y correcciones que llevó al dramaturgo vallisoletano a crear versos eternos como su afamado «¿No es cierto, ángel de amor…». Versos icónicos de nuestras letras son también los de Rubén Darío en su Canción de otoño en primavera, cuyo manuscrito —Juventud, divino tesoro…— también puede consultarse en línea.