La Voz de Galicia

La Universidade da Coruña lanza un aviso a la Xunta: «Xa non podemos apertarnos máis o cinto»

A Coruña

M. Carneiro
Ricardo Cao, rector de la UDC, ayer en el claustro en A Maestranza

El agujero presupuestario de 3,2 millones detectado en las cuentas del 2023 fuerza a la UDC a suspender las inversiones en infraestructuras

18 Apr 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Tres meses y un día después de tomar posesión, el nuevo gobierno de la Universidade da Coruña informó ayer al claustro de la delicada situación financiera en que se encuentra como consecuencia de la deficiente aportación estructural de la Xunta, que impide, advierten desde la UDC, cuadrar los presupuestos del 2024.

Aunque la universidad ha evitado cifrar el agujero, el desequilibrio entre ingresos y gastos detectado en la liquidación del 2023 —todavía provisional— podría rondar los 3 millones de euros y ha forzado al equipo del rector, Ricardo Cao, a mantener la prórroga de las cuentas del año pasado aprobada en diciembre por el gobierno anterior.

Mientras no se aclara el desfase, la UDC trabaja en una batería de medidas dirigidas a contener el gasto y captar nuevos ingresos a través de convenios específicos con la Xunta. «Temos que trasladarlle que precisamos recursos adicionais», avanzó el vicerrector de Economía, Ángel Fernández Castro, que señaló en todo caso a la Administración autonómica —titular y primera fuente de financiación de las tres universidades gallegas— como responsable última de la insuficiencia de ingresos.

«No 2023 o orzamento seguía sendo un 5 % inferior ao do 2009, descontando o efecto da inflación. A UDC foi moi contida en gastos de persoal e fixo unha redución fortísima no resto dos gastos correntes, falamos do 38 %, de 14,8 a 9,1 millóns. Xa non podemos apretarnos máis o cinto», avisó Fernández Castro sobre el margen de ajuste, que estima «practicamente inexistente».

Del otro lado, «as transferencias da Xunta [118 millones] apenas dan para pagar os gastos de persoal [115 millones] e outros que temos que cubrir —razonó el vicerrector—. O deterioro vén de moi lonxe, dunha década e media. Primeiro comeu o aforro e despois entramos en cifras negativas. Non é ningún shock repentino. A magnitude aínda está por determinar, porque a liquidación non está pechada, pero tampouco é demasiado importante. Cualitativamente un millón arriba ou un millón abaixo non muda a diagnose xeral que facemos da situación».

Ángel Fernández, que cuestionó la fórmula de financiación por convenios finalistas que la Xunta va ejecutando a lo largo del ejercicio —«gustaríame telo a primeiros de ano para poder planificar»—, desgranó algunas líneas rojas del mandato para los próximos meses. «Unha cousa na que temos que ser radicais é que, obviamente, está completamente desbotado dedicar recursos a infraestruturas», concluyó.


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