La Voz de Galicia

Los padres de Diego Bello volverán a Filipinas para una nueva vista del juicio contra los acusados de matar a su hijo

A Coruña

C. D. A Coruña / La Voz
Los padres de Diego Bello y su abogado, en el aeropuerto de A Coruña antes de partir a Manila para asistir a una sesión del juicio, en noviembre del 2023

La familia del coruñés, asesinado a tiros en Siargao en el 2020, asistirá a la vista prevista para el día 17. Los progenitores ya viajaron en noviembre para seguir el proceso

12 Jun 2024. Actualizado a las 17:54 h.

Los padres de Diego Bello volverán a viajar a Filipinas para asistir a una nueva sesión del juicio que se celebra en Manila contra los tres policías filipinos acusados de haber asesinado al empresario coruñés y de haber falsificado pruebas para tratar de justificar su muerte.

El próximo día 17 tendrá lugar la vista en la que estarán presentes los encausados, Los progenitores de Bello estarán acompañados por el bufete filipino que lleva el caso, encabezado por Ian Malilong. En la sesión continuará el testimonio del experto en balística, que inició su declaración en la anterior cita, celebrada en octubre del año pasado. 

Los padres de Diego estarán acompañados por el abogado coruñés Guillermo Mosquera, que mantiene contacto permanente con los letrados filipinos que están ejerciendo en Manila la representación legal de la familia del coruñés en el juicio. Los progenitores del joven coruñés, que fue abatido a tiros, mantendrán una reunión con el despacho de Filipinas para conocer como se encuentra el proceso y asistirán a la vista oral prevista para el 17, tras el cambio realizado en la convocatoria inicial, prevista para el día anterior.

Según la acusación de la Fiscalía filipina, Bello fue abatido por el capitán Vicente Pañuelos y los sargentos Ronel Azarcón y Nido Boy Esmeralda a las puertas de su casa en la isla de Siargao, al sur del archipiélago, en enero del año 2020. La versión de los policías fue que habían disparado en defensa propia cuando iban a detenerle acusándolo de tráfico de drogas. Sin embargo, las investigaciones realizadas por el NBI (National Boreau of Investigation), un organismo dependiente del Estado filipino, concluyeron que los agentes habían asesinado a sangre fría al coruñés y que habían colocado en sus manos una pistola y unas dosis de cocaína con el objetivo de explicar así su muerte como defensa propia. «La trayectoria de los disparos que acabaron con la vida de nuestro querido Diego acusan directamente a los 3 policías acusados judicialmente de su muerte», señala la familia en el comunicado en el que anuncian su viaje.


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