El líder del STL, a un discapacitado: «¡Pero tú quién eres! ¿Tú sabes con quién estás hablando? A ver si llamo a tu jefe y te despiden»

A cinco días del inicio de la huelga de los barrenderos convocada por el Sindicato de Trabajadores de la Limpieza (STL) para San Xoán en A Coruña, la concesionaria, controlada por FCC, ha reforzado la seguridad en las instalaciones de A Grela. Desde ayer, un vigilante monta guardia en la puerta de la nave. «Intentan evitar que los piquetes entren y hagan sabotajes a los vehículos de la empresa, pinchazos o averías», señaló ayer un empleado, que advirtió riesgos para la plantilla que no se adhiera al paro. «Tienen que proteger a los trabajadores que no secunden la huelga para que puedan acceder con normalidad y mientras se encuentren dentro», añadió el operario.

Para hacer frente a la acción de los piquetes, la empresa ha contratado seguridad privada, a pesar de que cuenta con vigilancia a cargo de personal de Lares del Norte, un centro especial de empleo dedicado a la inserción laboral de personas con discapacidad. Uno de estos vigilantes fue víctima hace dos semanas de un ataque del líder del STL, Miguel Ángel Sánchez. 

Amenazas de Sánchez

«Está prohibido meter el coche en las instalaciones. Solo pueden hacerlo los directivos. Pero Miguel entró. El vigilante, que es una persona mayor con discapacidad, fue a decirle que no podía aparcar dentro. Y la armó. “¡Pero tú quién eres! ¿Tú sabes con quién estás hablando? A ver si llamo a tu jefe y te despiden”», cuenta un operario, que se remite al testimonio de «varios trabajadores del turno de mañana» que fueron testigos de las amenazas. Fuentes de la empresa del trabajador consultadas por La Voz confirmaron los hechos. 

Ocurrió a mediodía del domingo 9 de junio. Sánchez había acudido a la sede de la empresa para dirigir una asamblea en la que se iba a votar, a mano alzada, la adhesión de la plantilla a la huelga. Después de la embestida contra el vigilante, mientras se celebraba la reunión el secretario general del STL intentó agredir a un trabajador, según relató la propia víctima. «Los compañeros, viéndolo totalmente fuera de sus cabales, lo agarraron, pero aun así soltó un puñetazo con su brazo izquierdo que, de no ser porque retrocedí, me alcanzaría», afirma el empleado, que denunció los hechos ante la empresa y sigue esperando respuesta.